Ciudad de México. Seguro sabes que las galletas gratis en la oficina y las celebraciones de cumpleaños no son buenas para tu dieta. Pero estos no son los únicos factores que están arruinando tu progreso para bajar de peso. En cuanto a la vida "godín", no hay hábitos saludables… o al menos eso es lo que parece. Te saltas el desayuno para llegar temprano Ser de las primeras en llegar te podría ayudar en terminar antes (e irte temprano), pero empezar el día sin gasolina es el primer paso hacia el fracaso. Como resultado, terminarás con hambre, malos antojos y calorías extra por falta de voluntad. Vale la pena despertarse al menos unos minutos antes para desayunar correctamente y llevar un estilo de vida saludable. Dulces de vez en cuanto Un chocolate por aquí y un dulce por allá no parecen la gran cosa. Pero estos dulces se acumulan, especialmente si los comes todos los días. En un día perfecto te saltarías todo tipo de dulce, pero no vayamos a ser irrealistas. Aunque es posible que éste sea un hábito que puedas eliminar, la verdad es que no podrás hacerlo de un jalón, si no paso a paso. No recuerdas la última vez que no comiste en tu escritorio Aunque comas una ensalada y pescado asado, hacerlo en el escritorio podría ser mala idea. Ver la computadora al mismo tiempo que comer no te permite ponerle atención a tu comida y llevar un ritmo adecuado. Por más raro que suene, es importante que veas tus alimentos y comas lentamente. Dejas que el estrés te gane No serías humana si no tuvieras ganas de comer cuando estás estresada. Y es que el estrés hace que el cuerpo libere la hormona cortisol, la cual incrementa los niveles de azúcar y provoca antojos de dulces y carbohidratos. Desafortunadamente el estrés es inevitable en el trabajo y comer para aliviar la tensión es una mala idea para bajar de peso. No llevas comida de casa Pensarás que no te darán ganas de comer algo en el trabajo, pero la verdad es que no estás exenta a los antojos. En estos casos, tu mejor opción es comer algo pequeño y saludable, algo que lleves de casa y no te cueste mucho dinero, como una gelatina, una fruta o unas almendras. Hazle un favor a tu cintura y llena tu escritorio de botanas saludables frescas. Al final del día no llenas el tanque Lo malo de no comer antes de irte de la oficina es que llegarás a casa con un hambre voraz. Mi recomendación es que guardes una botana saludable en tu bolsa y vayas comiendo algo ligero en el metro.