Caracas, Venezuela. La crisis política venezolana siguió avanzando esta semana, mientras se espera la consulta electoral informal que se realizará este domingo por la oposición sobre la Asamblea Constituyente, convocada por el presidente Nicolás Maduro. Las protestas contra el gobierno que cumplieron 104 días, con un saldo de 94 víctimas mortales, casi una diaria, y los opositores prometen seguir a pesar de la excarcelación del dirigente Leopoldo López para que cumpla su condena en arresto domiciliario. La salida de López de la cárcel de Ramo Verde fue una decisión unilateral del Gobierno, según dijo su esposa Lilian Tintori, eventualmente como un gesto para detener las protestas. López cumple el arresto domiciliario desde el sábado pasado, cuando fue liberado de la cárcel de Ramo Verde para seguir cumpliendo la condena de 13 años y nueve meses de prisión impuesta por haber instigado las protestas de 2014 contra el Gobierno. Sin embargo, las protestas continuaron con un “trancazo” de hasta 10 horas que se produjo el martes, con bloqueos de vías de tránsito. "Reiteramos que esta lucha es para salir de la dictadura", alegó el dirigente del partido Voluntad Popular, de López, y jefe de la comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional (Congreso), Luis Florido. La oposición dio los toques finales al plebiscito, que se realizará este domingo en centros electorales improvisados en los alrededores de iglesias, plazas y centros culturales, al margen del Consejo Nacional Electoral (CNE), al que la oposición acusa de parcialidad a favor del gobierno, y que está concentrado en la elección de la Constituyente el 30 de julio. El gobierno de Maduro calificó de ilegal la consulta popular que realizará la oposición y advirtió que sus resultados serán declarados inconstitucionales. La consulta popular preguntará al elector en papeletas si "rechaza y desconoce" la Constituyente; si "demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución"; y si "aprueba" la renovación de los poderes públicos y la formación de un Gobierno de unidad nacional. Las preguntas fueron aprobadas por la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, que considerará los resultados como un mandato del pueblo, y que con base en sondeos, confía en que participen entre ocho y 10 millones de votantes, de un padrón de 19 millones de electores. Algunos dirigentes opositores consideran que de lograr una masiva asistencia a los centros de votación, el siguiente paso será declarar una “hora cero”, que podría incluir una huelga general. El líder opositor Henrique Capriles dijo que el gobierno teme a que millones de venezolanos salgan a expresar su opinión, y por ello "en su desespero pretende amedrentar a los trabajadores de instituciones públicas y sembrarles miedo". "A ellos les digo: nosotros les damos nuestra palabra de la confidencialidad de su voto. Los venezolanos le darán una lección democrática y moral. El voto es secreto, una vez realizado el conteo de votos, los cuadernos serán destruidos”, aseguró Capriles.