Notimex/La Voz de Michoacán Irlanda. Una vez más, los escándalos de abuso sexual demuestran que se cuentan entre los problemas más acuciantes del papa Francisco, mientras el pontífice se prepara a dirigirse al Encuentro Mundial de las Familias este fin de semana en Dublín, Irlanda, entre nuevas revelaciones en Estados Unidos de décadas de ilícitos en la Iglesia Católica. Menos de tres meses después de que los 34 obispos chilenos fueron obligados a renunciar por el propio Francisco en una medida sin precedente, debido a denuncias de abuso a menores y encubrimiento, la semana pasada un gran jurado en Pennsylvania difundió un reporte detallando el alcance de las acusaciones por el mismo delito a manos de clérigos católicos en seis de las ocho diócesis del estado. El informe calcula que más de 300 prelados en toda Pennsylvania abusaron de al menos 1,000 víctimas conocidas durante 70 años, además de condenar la extendida cultura clerical que permitió a los altos dignatarios cerrar los ojos ante los ilícitos, a menudo enviando discretamente a los agresores a nuevas parroquias, donde tuvieron acceso ilimitado a nuevas víctimas siguiendo un patrón de conducta que se ha observado desde Boston hasta México y Australia. Las averiguaciones de dos años del gran jurado, que abarcan la recopilación de medio millón de folios de reportes de diócesis e iglesias, implicó a diversos jerarcas en el encubrimiento, entre ellos Donald Wuerl, arzobispo de Washington, D.C. Muchos de los clérigos ya fallecieron o están jubilados, mientras que otros intentaron evitar la divulgación de las conclusiones del panel, lo que llevó a que el reporte fuera editado parcialmente. Además, el cardenal Theodore McCarrick resultó suspendido el mes pasado por las acusaciones de que abusó de seminaristas adultos y de un monaguillo durante los años 80, cuando fungió como arzobispo de Newark, Nueva Jersey. El también arzobispo jubilado de la capital de Estados Unidos (2001-2006), es paradójicamente, considerado como uno de los asesores más confiables de Francisco en la lucha contra el abuso. El papa Francisco escribió una carta a los católicos de todo el mundo el lunes, condenando el "crimen" y exigiendo la rendición de cuentas. En la misiva de tres páginas, que se redactó en siete idiomas, enfatizó que "no mostramos atención por los pequeños; los abandonamos" y escribió, mirando a futuro, que "ningún esfuerzo debe escatimarse para crear una cultura capaz de prevenir que ocurran dichas situaciones, pero también para prevenir la posibilidad de que sean ocultadas y perpetuadas". Previamente, el Vaticano calificó lo denunciado en Estados Unidos como "reprobable moral y jurídicamente", añadiendo que "esos actos fueron traiciones a la confianza que despojaron a los supervivientes de su dignidad y fe". Sin embargo, Francisco no dio ninguna indicación de qué medidas concretas está preparado a tomar para sancionar a los obispos (en EUA y más allá) que encubrieron a los abusadores.