Rogelio Arellano/La Voz de Michoacán. Uruapan, Michoacán. Para avanzar en la reducción de riesgos de contaminación que deslinden en la posible intoxicación de animales o bien fuentes de abastecimiento de agua así como de las personas, se tiene la meta de elevar de 300 a 700 el número de toneladas de envases de agroquímicos recolectados anualmente en el estado, ello a través de aumentar a ocho el número de centros de acopio. Se trata de avances sustanciales, tomando en cuenta que se requieren al menos 16 centros de acopio para capturar las mil 500 toneladas de envases vacíos que se generan en la entidad y que son utilizados para el control, combate y erradicación de plagas y enfermedades en unas 900 mil hectáreas de cultivos como aguacate, guayaba, frutillas, cítricos, mango, coco, papaya, plátano, arroz, lenteja y granos básicos entre otros. Alejandro Martínez, responsable del programa “Conservemos el Campo Limpio” que se impulsa a través del Comité Estatal de Sanidad Vegetal (CESV) al informar lo anterior precisó que actualmente operan centros de acopio en las regiones de Ario de Rosales, Nueva Italia y Zitácuaro, en tanto un cuarto se activara en octubre próximo para la región de Jacona. Añadió que ante los buenos resultados se iniciaron gestiones para que el gobierno del estado a través de la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroalimentario (SEDRUA) aporte unos 11 millones de pesos para establecer cuatro centros más y llegar a la captura de 700 toneladas con miras a concretar una cobertura total en los próximos cinco años. Estas acciones, dijo, son sólo una parte del programa integral de inocuidad que se desarrolla en la entidad, pero que se respaldan en la Ley para la Prevención y Gestión Integral de Los Residuos la cual mandata la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a través de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA). Tras precisarse que en el Cesv no se tienen los registros de instituciones que atienden y llevan estadísticas en torno a casos de intoxicación o envenenamiento de personas, animales o contaminación de cuerpos de agua por el mal manejo de estos envases vacíos, la realidad en que ocurren de ahí la importancia de generar una mejor cultura de reducción de riesgos entre quienes forman las cadenas productivas. Es decir, dijo, el objetivo de este programa nacional se refiere a fortalecer la armonía de las actividades productivas del sector hortofrutícola con el ambiente a través de esa reducción de riesgos de contaminación, problemas de intoxicación y afectación a la salud de trabajadores agrícolas, pero que además incluye el establecimiento de mecanismos para el manejo, recolección, disposición y reciclado. Son artículos que no deben ser reutilizados para contener agua, alimentos, herramientas y otros enseres utilizados en las actividades laborales por el riesgo que representan, acoto el entrevistado quien precisó que de acuerdo a los lineamientos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) se establecen convenios con empresas especializadas en al reciclado de estos materiales. En este sentido, detalló que los materiales recolectados son enviados a firmas especializadas en los estados de Colima, México, e Hidalgo para su destrucción o bien para su reutilización “pero nunca se vuelven a generar envases para agroquímicos o alimentos sino para accesorios o herramientas de trabajo para el campo”. Recordó que en sus inicios, este programa recolectaba unas 20 toneladas, cantidad que en la actualidad se elevó a unas 300 con la mira de llegar a una cobertura total a mediano plazo, logros que consideró han sido por el impulso hacia una cultura más responsable por parte de los propios productores. Un gran número de cursos, talleres y convocatorias se han emitido para avanzar en este sentido y se tienen resultados por ello se mantiene la misma dinámica”, indicó e incluso exhortó al público en general a solicitar información en el Cesv o las juntas locales diseminadas en el estado para conocer más sobre este tema.