Ana Rosa García / La Voz de Michoacán. Morelia, Mich.- Con el cabello blanco, la piel llena de arrugas y un corazón lleno de experiencias, Don Blas llegó a su cumpleaños número 103, en el cual bailó, cantó y se divirtió en compañía de su familia y amigos. Blas Lucio López, nació en Guanajuato en 1911, y con tan sólo cuatro años de edad sus papás lo trajeron a vivir a Michoacán, en una modesta casa en Santiaguito, junto a sus hermanos; y como desde entonces vive en Morelia, el ya se siente michoacano y moreliano. Con un andar lento y paciente, don Blas llegó a festejar su cumpleaños, en compañía de amigos y familia de la Estancia Diurna del Adulto Mayor; los cuales ya lo esperaban con globos, gorritos y muchos adornos para la fiesta. Este hombre, a sus 103 años, ha dejado una descendencia de 10 hijos, más de 70 nietos, 35 bisnietos y 10 tataranietos. Se considera un hombre serio y con pocos amigos, pero eso no le impide conservar su gusto por platicar y contar las anécdotas que vivió a los largo de su historia. Don Blas habla de su gusto por la música y el baile, en especial el danzón, pues fue así como conoció a su mujer. Cuenta también que de chico pasó mucha hambre, a consecuencia de la Revolución Mexicana. Don Blas cantó sus mañanitas junto a Margarita Oribio de Lázaro, quien además de acompañarlo en su cumpleaños platicó con él y le obsequió un presente por su 103 cumpleaños.