Redacción Web / La Voz de Michoacán. Opositores venezolanos pidieron hoy a la Organización de Estados Americanos (OEA) invocar la Carta Democrática Interamericana, en respuesta a la represión que lanzó el gobierno del presidente Nicolás Maduro contra la oposición política. La demanda fue planteada durante una manifestación frente a la sede de la OEA, que reunió a un centenar de opositores y un diminuto grupo de simpatizantes del gobierno venezolano, a quienes sólo dividió la calle y una decena de policías. Con pancartas, banderas de Venezuela y gritando consignas contra el gobierno de Maduro, los opositores soportaron una tenue lluvia y bajas temperaturas durante las tres horas que duró la reunión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA, que discutió el tema. “¡OEA!, ¡OEA!, ¡haga su tarea!” gritaban los manifestantes, quienes denunciaron la presunta intervención de Cuba en asuntos internos de Venezuela. Asimismo, los manifestantes demandaron la libertad de Leopoldo López, líder opositor que se entregó la víspera a las autoridades por una orden de arresto en su contra. “Venimos en protesta, pero también venimos de luto, exigimos que se aplique la Carta Democrática Interamericana”, sostuvo María Brito, vocera de la agrupación Voz para la Democracia en Venezuela. Brito fue una de las dos manifestantes a quienes se permitió el ingreso a la sede de la OEA para entregar ante la oficina de protocolo una petición dirigida al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza. “La OEA tiene la obligación de aplicar la cláusula (para invocar la Carta Interameriana) y sumarse en una sesión extraordinaria del consejo permanente de la OEA para analizar la grave situación de nuestro país”, dijo Brito a los manifestantes. La carta es un mecanismo adoptado por la OEA en 2001 para ser activado en caso de crisis políticas e institucionales en cualquiera de sus países miembros, y hasta ahora ha sido invocado en crisis políticas como las de Honduras y Paraguay. El sacerdote José Eugenio Hoyos, de la diócesis católica de Arlington, Virginia, se sumó a la manifestación pacífica por considerar que “en este momento el dolor de Venezuela es de todos”. “Hacemos un llamado a la solidaridad mundial porque lo que está sucediendo en Venezuela es un atropello, y no se puede permitir que esta historia se repita”, afirmó el prelado, en medio de las ensordecedoras consignas de los manifestantes.