Claman contra guerras, pobreza y drogas en Víacrucis del Papa

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Notimex/La Voz de Michoacán.
Un clamor contra las guerras, la pobreza, las injusticias, la violencia contra las mujeres, las drogas y las perversiones que esclavizan a los jóvenes se levantó hoy gracias a las meditaciones del Víacrucis presidido por el Papa Francisco.

Las reflexiones, redactadas por un grupo de jóvenes libaneses y que fueron leídas en el Coliseo Romano por dos locutores, una mujer y un hombre, tocaron prácticamente todos los flagelos de la sociedad moderna.

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A lo largo de las 14 estaciones del Víacrucis, el rito que recuerda el camino de Jesucristo camino al Calvario para su crucifixión, los textos unieron lecturas bíblicas con párrafos de denuncia a las lacras del tiempo actual.

"En nuestro mundo contemporáneo muchos son los Pilatos que tienen en sus manos el poder y lo utilizan al servicio de los más fuertes. Muchos son aquellos que, viles ante estas corrientes de poder, empeñan su autoridad al servicio de las injusticias y pisotean la dignidad del hombre", indicó una de las meditaciones.

"El hombre, en todo tiempo, ha creído poderse sustituir a Dios y determinar por sí mismo el bien y el mal, sin referencia al creador y al salvador", agregó otra.

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En otro pasaje estableció que el ser humano se ha creído omnipotente, capaz de excluir a Dios de la propia vida y de aquella de sus símbolos, en nombre de la razón, del poder y del dinero.

Denunció que el mundo se dobla bajo realidades que buscan expeler a Dios de la vida del hombre, como el laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de una presunta defensa del hombre, o el fundamentalismo violento que toma como pretexto la defensa de los valores religiosos.

Deploró que el mundo esté lleno de madres afligidas, de mujeres heridas en su dignidad, violadas por las discriminaciones, por la injusticia y el sufrimiento. "Oh Cristo sufriente, sé su paz y el bálsamo de sus heridas", estableció.

"Concédenos, señor, la sabiduría y la humildad, para levantarnos y avanzar en el camino de la unidad, en la verdad y en el amor, sin sucumbir a la tentación del recurso a los únicos criterios de los intereses personales y sectarios, ante las divisiones en las cuales nos encontramos", pidió.

"Oh señor, nosotros te imploramos por todos los jóvenes que están oprimidos por la desesperación, por los jóvenes víctimas de las drogas, de las sectas y de las perversiones. Libéralos de sus esclavitudes", añadió.

Además pidió rezar por las víctimas de las guerras y la violencia que devastan varios países del Medio Oriente como también otras partes del mundo.

También llamó a pedir a Dios para que los desplazados y los migrantes forzados puedan volver lo antes posible a sus casas y a sus tierras.

Mientras una cruz era portada por diversas personas alrededor del Coliseo Romano de estación en estación, el Papa Francisco siguió la ceremonia desde el monte Palatino, justo enfrente del histórico monumento.