El Universal / La Voz de Michoacán Los Ángeles. La fama y el dinero son el sueño de millones de personas, pero los suicidios de algunas celebridades parecen mostrar que eso no es todo en la vida. Jim Carrey lo dejó claro con una frase: Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron para que se den cuenta que esa no es la respuesta". En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio recordamos algunas trágicas historias. Robin Williams era famoso por hacer reír a la gente, siempre parecía contento y dispuesto a divertir, pero en su vida privada luchaba contra la depresión. Perdió la batalla en agosto de 2014, cuando se ahorcó con su cinturón. La muerte de Marilyn Monroe se definió como un "probable suicidio" por ingesta de barbitúricos, aunque varias teorías alrededor de su deceso circulan desde hace décadas, como aquella que apunta a un asesinato. Otra estrella de Hollywood, la mexicana Lupe Vélez, acabó con su vida en diciembre de 1944 después de tomar barbitúricos. El cantante Chris Cornell también se ahorcó en la puerta de una habitación de hotel, al igual que su amigo Chester Bennington, quien se colgó en la puerta de su recámara. En el mundo del rock uno de los casos más sonados fue el de Kurt Cobain, líder de Nirvana. La versión oficial indicó que se disparó con una escopeta. El DJ Avicii se suicidó tras hacerse cortes con cristales afilados. La depresión ganó la batalla al chef Anthony Bourdain. Fue hallado muerto en un hotel de Francia, donde se ahorcó. Una vez que sabía que su ingreso a prisión era inminente, por el delito de posesión de pornografía infantil, Mark Salling decidió quitarse la vida ahorcándose.