Notimex/La Voz de Michoacán Estados Unidos. Los grandes cárteles de la droga están en Estados Unidos, no en Latinoamérica, y el prohibicionismo favoreció a un negocio sin revolver el narcotráfico, declaró Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar Gaviria, máximo jefe del cártel de Medellín abatido en 1993. Presente en Roma, donde presentará la obra teatral “Pablo Escobar, una historia para no repetir”, Marroquín confirmó que su padre pagaba a agentes de la Dirección de Control de Drogas (DEA), entre 3 mil y 3 mil 500 dólares por kilo de cocaína que pasaba del aeropuerto de Medellín al de Miami. Esa cantidad era lo que él pagaba para dejar entrar la droga, por lo que la mayor parte del dinero de la droga está en Estados Unidos, donde se encuentran los mayores cárteles”, dijo a Notimex el hijo del capo que en los años ochenta y noventa fue el principal narcotraficante del mundo. Sebastián Marroquín, el nuevo nombre de Juan Pablo Escobar, también consideró que el prohibicionismo no ha hecho sino dejar en manos de la criminalidad la mayor parte del negocio. No creo que esa sea una buena estrategia. Es una estrategia que se ha venido empleando desde hace 100 años y los resultados están tristemente a la vista”, anotó. Marroquín aclaró que de lo que se trata es de regularizar, más que de legalizar el consumo de drogas, porque en realidad “muchos tienen fácil acceso y hasta es posible recibirlas a domicilio”. El Estado debe tomar el control del negocio del narcotráfico. Esa es una de las mejores alternativas para la paz de nuestros países, pero siempre he dicho que son temas muy complejos, que ameritan un debate muy amplio en la sociedad", consideró. Lo cierto, dijo, "es que negocio de prohibir es extremadamente lucrativo, es como un casino donde la casa siempre gana y en este caso la casa está en Estados Unidos”. Asimismo, consideró que no hay diferencias entre el narcotráfico de los ochenta y el actual y que lo único que ha cambiado son los nombres de los capos. Las políticas prohibicionistas garantizan una repetición sistemática y de alguna manera son el patrocinador para la incitación al consumo entre los jóvenes, que ante la prohibición de esas sustancias desarrollan una curiosidad tremenda por la propaganda que ejerce el prohibicionismo”, opinó. Resaltó que siempre se habla de Pablo Escobar como responsable de la violencia durante los años en los que fue el “número uno” del narcotráfico, pero, sin eximir a su padre de responsabilidad, consideró que nunca se menciona la corrupción que impulsó ese gran negocio y del que muchos se lucraron. No puedo generalizar, pero si puedo decir que la gran mayoría de las autoridades de ese momento estaban muy contentas recibiendo dinero de parte del negocio de las drogas en el que participaba mi padre”, añadió. Nacido en 1977 y residente en Buenos Aires, a donde llegó con su familia tras escapar de Colombia a la muerte de su padre, Marroquín debió cambiar de identidad para sobrevivir. Me cambié de nombre porque el mundo entero nos cerró las puertas y no nos permitían escapar de la violencia que habíamos heredado de mi padre y de sus acciones", admitió. Pedimos ayuda a todas las delegaciones diplomáticas presentes en Colombia y nadie nos dio apoyo, ni el Vaticano, ni la Cruz Roja Internacional, ni las Naciones Unidas”, lamentó. Casado con una mexicana, acude frecuentemente a México a dar charlas y conferencias a los jóvenes para que tomen conciencia de los riesgos del mundo de las drogas. Uso mi historia personal para compartirla con el mundo entero. La he llevado a miles de jóvenes mexicanos, pues muchos de ellos siguien soñando con que el camino del narco es el de la solución a sus problemas, cuando en realidad es el camino con el que inician sus problemas”, planteó. Dijo que de México le faltan solamente cuatro estados por visitar e, incluso, también estuvo invitado por la comisión de Justicia del Senado mexicano a dar una charla. Marroquín aseguró que vive de su profesión de arquitecto, de conferenciante y empresario, además de la venta de sus libros, pues la fortuna que llegó a acumular su padre se perdió o fue confiscada. El destino que tuvo el dinero de Pablo Escobar habría que preguntárselo a los políticos de mi país, porque esa fortuna quedó en manos de ellos. Ellos confiscaron todas las propiedades, no indemnizaron a ninguna víctima, robaron”, denunció. También insistió en la versión de que su padre no murió el 2 de diciembre de 1993 a manos de las fuerzas armadas colombianas, sino que se suicidó de un balazo. Su última llamada a su familia indica desde el inicio una intención suicida. Siendo el hombre más buscado del mundo llamó a su familia a un hotel de las fuerzas armadas de Colombia cuando sabía que los teléfonos estaban intervenidos y sabía que su llamada iba a ser rastreada para localizarlo”, resaltó. También criticó la versión de Pablo Escobar dada por la serie “Narcos”, transmitida por Netflix, que presenta "una visión hollywoodense y glamorosa” que el mundo del narcotráfico nunca tuvo. En ese sentido, dijo que con el espectáculo que presenta en Roma y que ya ha llevado a España, México, India y Nepal trata de acercar al público a la verdadera imagen de su padre y a su propia historia, “que nada tiene que ver con esa visión donde se agrega tanto glamour”.