Tsury Chávez/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Pérdida de documentos oficiales, enseres domésticos, daños a la propiedad e incluso la pérdida de fuentes de trabajo es lo que enfrentan los vecinos del Dren Barajas, en la colonia Arriaga Rivera, luego de las inundaciones de las que fueron víctimas el pasado lunes 22 de octubre. Los vecinos de la Arriaga Rivera coinciden que en esta ocasión el metro que alcanzo a subir el nivel del agua, no se había visto nunca, ya que el desbordamiento más significativo sucedido hace 15 años, no rebaso los 30 centímetro de altura. Sobre los acontecimientos de la mañana del lunes, la vecina y dueña de una tienda de abarrotes Iveth Rodríguez, relato que la cantidad de agua que inundo las calles aledañas al dren barajas subió de nivel de manera muy rápida, una cuestión de “segundos”, situación que no les permitió salvaguardar objetos de la primera planta de su casa, ni la de sus padres, que habitan tres casas más delante de la suya. Estuvo bastante intenso, porque el agua subió de manera muy rápida, en segundos, en cuanto una se dio cuenta ya no se pudo hacer absolutamente nada, porque el agua venía con mucha fuerza y muy rápido no se pudo salvar prácticamente nada”, expresó la ciudadana, quien indicó que el agua en la calle Rafael Dávalos agua llego un poco más arriba del metro, esto en la parte más cercana al extremo que colinda con Avenida Periodismo, sin embargo externó que una cuadra más adelante en la misma rúa, subió todavía más el nivel del agua. Indicó que, en su negocio de venta de abarrotes, perdió alimentos como sal, azúcar, pastas, chocolates, es decir, todo lo que conservaba en la parte baja de sus anaqueles, además de que, al momento de la visita de este medio de comunicación, los trabajadores de las refresqueras que prestan los refrigeradores se encontraban revisando su funcionamiento, que, a 4 días del acontecimiento, habían quedado fuera de servicio. Por otro lado, en la calle Nicolás Zapata, que está justo frente al Dren de aguas negras, la vecina María Helena León, quien en su domicilio habita en el primer piso de la residencia, se encontraba contemplativa frente a la gran cantidad de objetos, ropa, utensilios estropeados por el lodo y el agua. En su caso, el agua llegó un poco más arriba del metro de altura, según lo que se pudo constatar al entrar a su vivienda, misma en la que se pudo observar la ropa mojada de agua y lodo, los sillones todavía húmedos y una cocina todavía con marcas del lodo. Yo perdí todo, camas, sillones, colchones, comedor, ropa, cobijas, refrigerador, lavadora, todo, mis documentos personales, álbumes de fotos, hasta el vestido de la primera comunión de mi hija”, expreso la señora con un dejo de tristeza. De acuerdo a lo que comentó, insistió en que los apoyos de jabón y cobijas que en días pasado habían repartido, deberían ser equitativos y pasar casa por casa para que a todos los vecinos les toque lo correspondiente, ya que en las reparticiones no alcanzó “ni una cobija”. Su vecino, el señor Alberto Testo, quien tiene un taller mecánico en esta misma calle, indicó que apenas el día 25 de octubre pudo regresar a su lugar de trabajo, donde encontró que su herramienta de trabajo está perdida. Compresoras, escarnes para automóviles, computadoras para automotores, máquinas para soldar, sin número de piezas mecánicas e incluso dos automóviles que estaba arreglando propiedad de sus clientes se vieron afectados ya que el agua y el lodo taparon hasta el cofre de los mismos. En esta misma situación se encuentra el hojalatero Juan Gerardo, que metros más adelante tiene su negocio, quien indico que el agua se llevó la herramienta de mano, así como compresoras, pulidoras lijadoras, situación por la que actualmente no puede completar a cabalidad sus actividades económicas. Por otro lado, la ama de casa Balbina Fuentes, quien en su domicilio también sufrió la perdida de la totalidad de sus pertenencias, incluida la ropa, zapatos, colchones, estufa, refrigerador, camas, puertas, trastes, muebles, se encontraba realizando las últimas labores de limpieza en su hogar. Indicó que en su caso, la familia tuvo que retirarse, ya que no cuentan con un segundo piso y aunque para el día martes ya había bajado en nivel del agua hasta casi los 20 centímetros, ha sido muy complicado sanar todo el inmueble. “El aljibe lo tuvimos que limpiar porque toda el agua estaba contaminada, ya vinieron de Protección Civil y no hay daño estructural, pero toda la humedad que se absorbió, todo lo que se impregno de agua sucia y lodo hecho a perder prácticamente todo”, explicó la vecina. Todos los entrevistados coincidieron en que las labores de limpieza de las calles se han hecho, sin embargo, todavía quedan muchos restos de lodo en varias rúas, especialmente del otro lado dren, una situación que les preocupa de sobremanera, por el foco de infecciones que puede generar una vez que se seque y volatilice los restos de azolve. Cabe destacar que en la óptica de los vecinos, esta inundación fue inusual y opinan que fue causado por la apertura de las compuertas de la presa de Cointzio, situación por la que demandan una explicación sobre las labores de desfogue de este dren y medidas de seguridad para que esto no vuelva a suceder, toda vez que el patrimonio que han perdido es incuantificable.