Agencias / La Voz de Michoacán El Cairo, 8 de julio.- Al menos 51 personas han muerto y otras 435 resultaron heridas en los choques que tuvieron lugar hoy en El Cairo entre islamistas y miembros de las Fuerzas Armadas, informó una fuente del Ministerio egipcio de Sanidad. El jefe del servicio egipcio de Ambulancias, Mohamed Sultán, explicó que 14 de los heridos ya han abandonado los hospitales tras recibir tratamiento y precisó que todas la lesiones fueron causadas por disparos de balas y de perdigones. El portavoz del Ministerio del Interior, Hani Abdulatif, y el del Ejército, Ahmed Ali, aseguraron hoy en una rueda de prensa que dos policías y un oficial del Ejército se encuentran entre las víctimas mortales. Los islamistas y las Fuerzas Armadas se acusan mutuamente de iniciar los enfrentamientos Cruzan acusaciones En esa misma comparecencia, el Ejército aseguró que sus fuerzas sufrieron el ataque de desconocidos provistos de armas de fuego y bombas incendiarias sobre el cuartel general de la Guardia Republicana, lo que motivó su respuesta. Anteriormente, Sultán había anunciado que al menos 42 personas murieron y más de 300 resultaron heridas en esos enfrentamientos. Por su parte, los Hermanos Musulmanes presentaron videos y casquillos de bala con los que quieren demostrar que los islamistas recibieron disparos por parte del Ejército en los sucesos. Hoy, el jeque de Al Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, Ahmed al Tayeb, instó a los egipcios a alcanzar un acuerdo para la reconciliación nacional "antes de que el país caiga en la guerra civil". Dos años y medio ha durado la crisis política y social en el país africano Estancamiento político Las conversaciones para formar gobierno atravesaban dificultades ya antes del tiroteo del lunes, después de que el partido Nur rechazara a dos candidatos liberales a primer ministro propuestos por el jefe de Estado interino, Adli Mansur. Nur, el segundo mayor partido islamista de Egipto, que es vital para dar a las autoridades la apariencia de respaldo islamista, dijo que se había retirado de las negociaciones en protesta por lo que calificó de "masacre en (el complejo de) la Guardia Republicana". El Ejército difícilmente puede permitirse un vacío político duradero en un momento de revueltas violentas y estancamiento económico. Las escenas de batallas en las calles entre partidarios y detractores de Mursi en El Cairo, Alejandría y otras ciudades del país ha alarmado a los aliados de Egipto, entre ellos donantes clave como Estados Unidos y Europa, y a Israel, con el que la nación árabe firmó un tratado de paz en 1979. La violencia también impacta a los egipcios, que están cada vez más cansados de la turbulencia que comenzó hace dos años y medio con el derrocamiento del líder autocrático Hosni Mubarak tras una revuelta popular. Agrio revés Para muchos islamistas, la caída del primer presidente democráticamente elegido fue un duro revés que despierta los temores de un retorno a la prohibición que sufrieron durante décadas bajo gobernantes autocráticos como Mubarak. En el otro lado de la división política, millones de egipcios detractores de Mursi estaban felices ya que culpaban a los Hermanos Musulmanes del estancamiento económico y dijeron que estaban intentando asumir el control de todo el país, una acusación que el movimiento niega. Washington no ha condenado la acción militar y ni siquiera la ha llamado golpe, levantando sospechas entre los Hermanos Musulmanes de que apoya tácitamente la caída de Mursi.