Notimex/La Voz de Michoacán Tijuana. De las reservas consolidadas en territorio mexicano, Isla Guadalupe guarda un toque especial, al ser uno de los pocos recintos donde todavía es posible ver en un estado natural a una especie tope como el tiburón blanco. Más allá del mítico asesino de mares, devorador de hombres y monstruo de las profundidades, este noble escualo es testimonio viviente de una era en la que la vida emergió del mar para dar lugar a los primeros reptiles, luego a los dinosaurios y finalmente a los mamíferos. Lejos quedaron los días del enorme megalodón (especie extinta de tiburón) tres veces más grande que el actual rey de los mares, aún así, no dejan de sorprender las enormes dimensiones que llegan a alcanzar los actuales tiburones blancos de hasta seis metros de largo. Esa es la razón por la que Isla Guadalupe, además de ser una reserva protegida, es el lugar ideal para encontrarse cara a cara con el majestuoso escualo, que lejos de ser un monstruo, resulta ser un tierno y curioso gigante del mar. El director general de WWF México, Jorge Rickards, destacó que la importancia de este sitio es recordar que en el planeta quedan pocos lugares de conservación donde “tú puedes ver un depredador tope, como es el tiburón blanco, rodeado de una población sana de lobos y elefantes marinos”, apuntó.