Notimex/La Voz de Michoacán Ciudad de México. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a la unidad y a la serenidad de todos los actores del país e hizo votos porque con la voluntad “de todos juntos encontremos las mejores formas de justicia social y desarrollo humano integral”, que contribuyan a la superación de las causas que originan los escenarios de miseria y violencia. En el marco de su 106 Asamblea Plenaria, que se lleva a cabo en Lago de Guadalupe, Estado de México, se comprometió en la construcción de una nueva sociedad en la que imperen los valores del Reino de Dios y el respeto de la dignidad humana basada en la libertad, verdad, justicia y paz, pues ello contribuye a fortalecer el Estado de derecho. Rogelio Cabrera López, nuevo presidente de la CEM; Alfonso Miranda Guardiola, obispo auxiliar de Monterrey, y Guillermo Ortíz Mondragón, obispo de Cuautitlán y nuevo responsable de la Dimensión de Justicia, Reconciliación, Fe y Política, refrendaron también el compromiso y colaboración de la iglesia por la construcción del bien común. Además, con una atención especial a los más necesitados, siendo fieles y coherentes a las enseñanzas de Jesucristo. Recordaron que “el pueblo de México eligió las autoridades civiles, que en la generalidad ya han asumido funciones, y algunos están por iniciar. Compartimos con nuestro pueblo la expectativa de ver cumplidos los proyectos de bien común y justicia presentados en campaña y estaremos atentos para colaborar con ellos en su cumplimiento”. Frente a la caravana migrante, indicaron que como sociedad e iglesia siempre han buscado responder fraternalmente a los migrantes en su paso por el país al atender el llamado del Papa Francisco de acogerlos, protegerlos, promoverlos e integrarlos. Respecto a los fenómenos naturales que han ocasionado pérdidas materiales y cobrado vidas de familias en estados como Sinaloa, Sonora, Morelia, San Andrés Tuxtla y Nayarit, precisaron que “el dolor de estos hermanos nos ha impulsado a organizarnos cristianamente”. En una parte de su mensaje leído por los tres obispos, invitaron a los jóvenes a ser protagonistas de la misión eclesial de transformación del mundo con sus dones de visión profética, creatividad y fortaleza.