¿Ya elegiste el árbol de Navidad que adornará tu casa?

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Elegir el árbol para estas fechas especiales va más allá de gozar una experiencia familiar.

El Universal/La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Elegir el árbol para estas fechas especiales va más allá de gozar una experiencia familiar. Resulta que, al comprar alguna de las especies que cosechan los productores mexicanos, no solo activan su economía: también ayudan a que los bosques se mantengan jóvenes y continúen generando servicios ambientales, que son beneficios que recibimos de manera natural o por un manejo sustentable de los ecosistemas forestales.

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De acuerdo con Gustavo López, gerente de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) en la Ciudad de México, al tratarse de cultivos perennes (de ciclos largos), invaden completamente el suelo impidiendo su erosión. Asimismo, son fundamentales para la recarga de los mantos acuíferos.

Otro de los grandes servicios ambientales que nos ofrecen, al tratarse de árboles jóvenes, es que tienen mayor capacidad para capturar bióxido de carbono y generar mayor producción de oxígeno. Además, estas plantaciones comerciales incentivan el desarrollo de una gran biodiversidad constituida por aves, reptiles e incluso, venados.

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Al consumir un árbol de productores mexicanos, estamos generando empleos en el país. Por si fuera poco mejoramos el ecosistema, recuperamos paisajes hermosos y motivamos al desarrollo de los servicios ambientales. Así que hablamos de sustentabilidad, porque nos permite aprovechar lo que la naturaleza nos da, sin que ésta sufra una alteración", explica Gustavo López.

Adiós a la ignorancia

Luciano Zárate Duarte, presidente de la Asociación de Silvicultores Navideños del Estado de México, observa que la ignorancia del consumidor genera críticas a esta actividad económica. Por eso, es importante resaltar que se está aprovechando un producto que fue cultivado para ser cosechado, es decir, por cada árbol que se corta, se plantan dos.

"La gente cree que, al cortarlos, se afecta a la naturaleza, entonces adquieren artificiales sin analizar que, después de su vida útil, tardarán de 500 a mil años en ser biodegradados. Pero un producto del bosque, cuando se seque, será convertido en aserrín, en composta o fertilizante para otros arbolitos", explica Zárate Duarte.

Enfatiza acerca de la importancia de favorecer los bolsillos y generar empleos entre los productores mexicanos, quienes durante todo un año se esmeran en proteger y cuidar sus bosques, pero, además, en que llegue al consumidor un árbol realmente hermoso y sano, altamente competitivo ante los que traen del extranjero. "Nuestra producción llega a ser competitiva con los árboles de importación que provienen de Estados Unidos y Canadá", asegura Zárate Duarte, también secretario de la Asociación Nacional de Productores de Árboles de Navidad y Empresas de Turismo de Naturaleza (ANPANET).

Una actividad sustentable

Actualmente, 19 estados de la República se dedican a las plantaciones comerciales. Los más importantes por su superficie son el Estado de México, Puebla, Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Tlaxcala y la Ciudad de México.

Mientras que en la capital del país hay un total de 45 productores que siembran en 131 hectáreas, distribuidas entre Tlalpan, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Tláhuac y Álvaro Obregón, esta actividad sustentable a nivel nacional es liderada por el Estado de México, que cuenta con aproximadamente cinco mil hectáreas sembradas con árboles comerciales, donde especies como oyamel, ayacahuite y cedro sugar son las más solicitadas a nivel nacional.

Gracias a que encabezan la lista, algunos productores del Estado de México cuentan con infraestructura para que la experiencia de cortar el árbol, en compañía de toda la familia, sea aún más rica al ofrecer actividades ecoturísticas.

Es el caso del Parque Ecoturístico La Vega, que se localiza en Santiago Tejocotillos, municipio de Xonocotlán, donde se puede practicar gotcha, tirolesa y degustar de una trucha en el restaurante. También está el Rancho Doña Flor, ubicado en San Pedro Zictepec, municipio de Tenango del Valle. Cuenta con áreas para acampar, gastronomía local o palapas para preparar carne asada.