Arturo Molina/La Voz de Michoacán Michoacán. Luego de años de ocupación de grupos criminales hegemónicos, levantamientos de civiles armados, de luchas entre grupos criminales y la intervención de los gobiernos estatales y federales en turno, la minería de Michoacán estaría repuntando de nueva cuenta y se estaría encaminando al termino de legalidad, principalmente en la región de la Costa, Sierra Costa y zonas productores de metales preciosos e industriales. A decir de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), entre un 70 y 80 por ciento de las empresas mineras que operan en las regiones mencionadas, operan con la documentación de impacto ambiental y permisos de extracción en regla. Únicamente, restan pequeñas minas que son mínimamente explotadas por gente de las mismas comunidades. Desde el año 2014, medios nacionales dieron a conocer el poderío económico que mantenían los entonces Caballeros Templarios sobre la producción y extracción de minerales en el estado, lo que les permitiría recibir grandes ingresos para mantener la operación de sus brazos armados por todo el estado. No obstante, el levantamiento de los grupos de Autodefensas en las regiones de conflicto del estado, irrumpieron completamente con estas empresas mineras que fueron prácticamente abandonadas durante años. Una vez instaladas la Comisión de Alfredo Castillo Cervantes al frente de Michoacán fue que inició la debacle de la condición minera del estado. En marzo de 2014, se dio el golpe más fuerte a lo que se conoció como los minerales del narcotráfico. 119 mil toneladas de minerales traídos de manera ilegal, presuntamente por grupos delictivos fueron embargadas autoridades fiscales del Puerto de Lázaro Cárdenas, lo equivalente a más de 35 mil camiones de volteo. Los minerales se almacenaban en patios de acopio, en terrenos muy grandes, donde la Marina no tenía facultades, como para revisar usos de suelo, hacer cotejos de mineral y los permisos.