Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México. Fallas de último minuto. Desatenciones defensivas; faltas inocentes que provocan penaltis; remates a favor que llevan sello de gol y terminan dando en el poste. Pura mala suerte, puros fantasmas. Con eso ha vivido Cruz Azul en 21 años de sequía en torneos de Liga. Hoy, el superliderato hace que la afición cementera se ilusione. Pero junto a ese espíritu festivo se encuentran los espectros del fracaso, atraídos por el color azul, que unos llaman de la esperanza, pero que en 21 años ha sido sinónimo de tragedia y frustración. Es claro, las estadísticas no favorecen a Cruz Azul en Liguilla cuando termina la campaña al frente de la clasificación general, números negativos que buscarán revertir en el actual torneo de Apertura 2018. De las cinco ocasiones que concluyó como el mejor del certamen, nunca pudo llegar a la final. Adrián Aldrete confía en que se acabará con la mala racha y descartó que se trate de la llamada "maldición" del superlíder. "Trabaja el que cree en maldiciones. Yo no creo en maldiciones y trabajo en el campo lo que me pide Pedro [Caixinha] pero hasta ahora no nos ha pedido nada que trabajemos de maldiciones ni pongamos veladoras", dijo el lateral izquierdo de 30 años. Aldrete confía en que el desempeño mostrado por los cementeros en el torneo regular, será suficiente para hacer una buena Liguilla, pero no quiere pensar en una hipotética final, únicamente en el choque de ida de los cuartos de final ante los Gallos del Querétaro.