El Universal/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Ricardo Peláez, Pedro Caixinha, cuerpo técnico y jugadores del Cruz Azul reconocieron la cancha del Estadio Azteca, previo al partido de mañana sábado, ante Gallos Blancos, y salieron del inmueble sin decir alguna palabra. La Máquina no entrenó en el Coloso de Santa Úrsula, pero pisó la cancha que fue colocada esta semana para la Liguilla. En unas fotos se puede apreciar que la cancha sigue estando en mal estado a pesar del cambio de césped y de ser calificada por la Revisora de Estadios como óptima para la realización de partidos de futbol. El técnico cementero y su grupo de trabajo estuvieron alrededor de una hora en el Coloso de Santa Úrsula. Mientras que algunos jugadores no pasaron más de treinta minutos, otros 15 y, Julio César Domínguez, quien fue el último en llegar, no estuvo ni 10 minutos. El entrenador de La Máquina fue el primero en llegar al inmueble, a las 17:35 horas. Con modestia o sin querer ser reconocido, el portugués llegó, sin compañía, en un taxi blanco. Detrás de Caixinha, en una caravana, arribó su cuerpo técnico. El doctor Odín Vite y el entrenador de portero, José Belman, lo hicieron por separado. A las 18:00 horas, los futbolistas comenzaron a ingresar al Azteca en sus automóviles. El primero fue Guillermo Allison, portero suplente; seguido por Roberto Alvarado y Milton Caraglio. Cada uno no tuvo complicaciones para estacionar su carro —la mayoría ultimó modelo— dentro del inmueble. El resto del plantel, como Adrián Aldrete, Jesús Corona, Gerardo Flores y Pablo Aguilar también pasaron lista en Puerta 1. A las 18:45 horas, el reconocimiento al "nuevo" césped ya había terminado y cada integrante del plantel cementero salió. Ninguno, ni siquiera el director deportivo, dijo en qué estado se encontraba la cancha. Todo indica que mañana, en el encuentro ante el Querétaro, el césped híbrido estará en condiciones para jugar.