Jorge A. Amaral Lo que se ha insistido que no se haga, hoy es una realidad: el gobernador y su partido han politizado la seguridad pública para demostrar que él tiene el control, y es que con el arranque del nuevo gobierno federal, en los estados se implementaron las figuras de “superdelegados”. En el caso de Michoacán se trata de Roberto Pantoja Arzola, quien hasta la semana pasada fuera dirigente estatal de Morena. Las reacciones no esperaron pues en seguida, el mismo fin de semana, los perredistas organizaron un evento para decirse a sí mismos que aún son una fuerza política, que todavía son fuertes, que siguen teniendo representatividad, que siguen siendo de izquierda. En ese evento, los amarillos señalaron que irían con todo contra la figura de los “superdelegados” por considerarla anticonstitucional, y más si se pensaba que Pantoja iba a participar en temas de seguridad. Ya el lunes, para poner en claro que la cosa va en serio y que el gobierno del estado no va a permitir intromisiones federales en temas de seguridad, el titular de Seguridad Pública, Juan Bernardo Corona, y su segundo al mando, Carlos Gómez Arrieta, se hicieron acreditar “hasta por tres años” (o sea, lo que resta de la administración) como personas aptas para las tareas de seguridad, esto mediante la acreditación de los exámenes de control y confianza que la SSP aplica a los agentes. No sé yo, no me haga mucho caso, pero esto suena a que por esta ocasión, entre bomberos se pisaron la manguera, porque al menos yo, si viene mi patrón a pedirme que lo califique, es obvio que conmigo no va a reprobar, así que esa acreditación de los mandos de la secretaría parece pura simulación. Sería plausible la postura del gobierno del estado si no fuera por un pequeño detalle: ahora sí se les ve muy combativos, beligerantes y sin pelos en la lengua, pero en 2014, cuando a los michoacanos nos urgía que alguien levantara la voz contra las arbitrariedades de los policías que llegaron con Alfredo Castillo, cuando el comisionado gobernó el estado utilizando a Salvador Jara sólo para que le validara con su firma y sello, cuando se hizo a un lado a constructoras locales por privilegiar a las de los amigos del Virrey, entonces no se les vio tan combativos. A unos, sobre todo diputados locales, porque los encerró en el Congreso y les mostró evidencias de sus malas compañías, incluso de sus relaciones homosexuales, y con eso los acotó, y a otros, pagando con creces los favores recibidos. Recordemos que el gobernador en aquel entonces era presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados y además líder de bancada, bien pudo haber dicho “esta boca es mía” pero no fue así, y entonces el fin de semana viene a decir que Alfredo Castillo era un hombre “brillante”. No vamos a criticar al gobernador, pero hay cosas que llaman bastante la atención. Con lo anterior no digo que esté en favor de la figura del “superdelegado”, pero en un estado donde la “licuadora financiera” ha sido utilizada una y otra vez, sí se requiere mayor vigilancia de hacia dónde se canalizan los recursos federales, y si consideramos que de 4 mil 500 policías municipales que hay en el estado, mil 200 reprobaron los exámenes, podemos decir que no tenemos el estado de fuerza precisamente más eficiente, lo que vuelve necesaria la coordinación entre los tres ámbitos de gobierno. Además, en la administración estatal deberían ser conscientes de que se depende en gran medida de las participaciones federales, que si no fuera por la Federación, varios rubros del estado ya hubieran colapsado; de lo contrario no se hubiera devuelto la nómina magisterial al gobierno de la República y no se estaría pensando en deslindarse también de la nómina del sector salud. En fin, esperemos que estado y Federación trabajen con buena coordinación, lo que suena complicado dado el gran resentimiento que hay entre los prierredistas hacia los morenistas. Ojalá priven el diálogo y la cooperación sobre la soberbia y la estulticia, pues el estado no está como para pelearse con el gobierno federal y volver a padecer un pleito como el de Godoy y Calderón. Al tiempo. 'Que no se entrometa' Ahora bien, a través de la Conago, Silvano consiguió que AMLO desistiera de que los “superdelegados” participen en tareas de seguridad, y qué bueno, eso habla de que los titulares de los ejecutivos estatales están bien organizados, que los excelentes resultados en el rubro los respaldan, pues con las óptimas condiciones de seguridad en cada estado, los gobernadores demuestran al entrometido AMLO que ellos pueden solos, y como muestra ahí tenemos Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Veracruz, Tamaulipas y otros tantos remansos de paz que hay en el país. A final de cuentas AMLO no tiene por qué intervenir, no es más que el presidente de la República. Lo que sí hay que admitir es que Pantoja no es todólogo. Es cuánto. Para el fin de semana: Oscura inspiración En 2002, el grupo californiano The Devil Makes Three grabó su álbum homónimo de forma independiente, y fieles a la costumbre, en 2009 lo relanzó una disquera independiente, y así se han mantenido, independientes a la gran industria pero fieles al gusto explorar y mantener viva la tradición musical norteamericana, como el country, el bluegrass, el folk y demás variantes que los han hecho una propuesta interesante desde hace ya casi dos décadas. Por eso, esta semana recomiendo el álbum “The Devil Makes Three”, que con franqueza habla de los desvalidos, los don nadie, los bebedores, los que tienen por única compañía a sus propios demonios, pero también de las cosas que nos hacen felices, como la familia, Jack Daniels o las canciones de Hank Williams. The Devil Makes Three es una propuesta que bien vale la pena ser escuchada para salir de la zona de confort. Música para servirse un escocés y escuchar cómo estos californianos traen al siglo XXI una tradición musical mediante lo que los críticos llaman “Americana”. Yo por lo pronto suspendo la escritura al sonar “For my family”: “And this one's for my family, 'cause I guess I know exactly who I am, and I guess that's thanks to them”. Salud.