Alfredo Zalce, el muralista michoacano

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Foto: La Voz de Michoacán. A la edad de 16 años, Alfredo Zalce asiste a la Escuela Nacional de Bellas Artes

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Se inició en las artes como fotógrafo, aunque no le gustaba, ya que era una imposición familiar; su madre lamentaba que quisiera ser pintor; además de la pintura tenía otra pasión: el amor al sexo opuesto, lo que se refleja en su obra, al igual que un profundo interés por los conflictos y movimientos sociales del siglo que le tocó vivir casi entero, Alfredo Zalce Torres (1908-2003) ícono michoacano que lo mismo apreció la belleza que criticó las injusticias de los gobiernos, en nueve décadas de labor artística.

La vigencia y vastedad de la obra de este artista, sus etapas creativas y anécdotas familiares y profesionales son motivo de varios estudios académicos en la actualidad.

Alfredo Zalce Torres, nació el 12 de enero de 1908 en Pátzcuaro, Michoacán. Hijo de Ramón Zalce y María Torres Sandoval, fotógrafos de profesión. A los 16 años ingresó a la Escuela Nacional de Artes Plásticas (de 1924 a 1927), bajo la guía de Mateo Saldaña, tanto en la de escultura como en la talla directa; también fue alumno de Diego Rivera.

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En 1930 recibió el encargo de fundar la Escuela de Pintura de Tabasco. Enseñó dibujo en primarias de la Secretaria de Educación de 1932 a 1935 y se incorporó a las misiones culturales de 1936 a 1940; fue miembro fundador de la Liga de Escritores Artistas Revolucionarios (LEAR) y del taller de la gráfica popular.

Fue profesor en la escuela de La Esmeralda y en la Academia de San Carlos en 1944. Uno de sus alumnos más destacados es el pintor y escultor Juan Torres Calderón, quien le ayudo para la realización de uno de los murales de Palacio de Gobierno de Morelia.

El Zalce recibió en el 2001 el más alto honor concedido a los artistas de México: el Premio Nacional de Ciencias y Artes, reconocimiento que había rechazado con anterioridad en dos ocasiones (1990 y 1998), por considerar debía ser entregado a otro creador más interesado en los beneficios de la promoción y el incremento de precios que podía darles.

Pero también fue merecedor de reconocimientos como la presea Generalísimo Morelos, en 1969; el premio Vasco de Quiroga, recibido en Pátzcuaro, en 1985, y la creación del premio de Artes Plásticas “Alfredo Zalce”, en 1979. Murió una semana después de celebrar su cumpleaños 95, el 19 de enero de 2003.