Reveles, el narrador de México social…

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

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Secreto a Voces

Rafael Alfaro Izarraraz

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José Reveles, ha sido uno de los periodistas más relevantes de la historia reciente de México. Apenas galardonado con el Premio Nacional de Periodismo por su trayectoria. A continuación, apuntamos algunos datos de su vida, algunos ya conocidos y otros no tanto. Información proporcionada por pepe en una amena charla.

Dice en tono de broma, mientras un mesero le acerca en plato con papaya: “le pedí un plato con papaya no una papaya”, mientras ríe y separa parte de la fruta en otro plato y lo desplaza con su mano hacia el centro de la mesa, insistiendo en que “esto es mucho para mí”.

Nació en la década de los cuarenta en el norte de la Ciudad de México, en la colonia Casas Alemán. Ahí vivió su infancia. Queda huérfano a los 11 años, tras la muerte de su señora madre. Me convertí en “niño de la calle”, expresa Reveles con un tono que deja ver cierta gracia en lo que dice y la comparación que hace con fenómenos de estos tiempos y del pasado…

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Su padre, con el tiempo, buscó una nueva relación afectiva, mientras sus hermanas eran recibidas en la casa de los abuelos por el lado materno. Su padre, que hizo estudios de herbolaria, finalmente terminó por ocuparse en tareas relacionadas con aspectos técnicos como el manejo del torno, que diseña piezas para maquinaria industrial.

Sin el lazo afectivo de su madre, sus correrías por las calles de Casas Alemán terminaron con la paciencia de su padre quien decidió llevarlo al “Hospicio del Niño Obrero”, cuenta Reveles a quien firma esta nota así como a otros comensales con quien compartió una breve charla, todos ellos inscritos en el campo del periodismo regional.

Don Pedro Reveles, que así se llamó en vida su padre, tomó una decisión que cambiaría la vida de “pepe” y lo conduciría poco a poco al campo del periodismo social. “Yo no decidí ser periodista, el periodismo me escogió a mí”, dice jocoso nuestro amigo Reveles.

En el Hospicio aprendió el oficio de “balonero”, es decir, elaboraba balones. Ahí mismo, dice “yo corregía un periódico” del lugar, apunta Reveles.

Lo importante de su estancia en ese lugar fue que ahí se encontraba un sacerdote de nombre José Rosario Ramírez, quien le brindó un enorme apoyo a nuestro galardonado ya por segunda ocasión y, asimismo, le permitió el ingreso a su biblioteca, en donde “pepe” inició la verdadera correría de su vida, el periodismo social.

A la pregunta de cómo se inició en el periodismo, el autor de Las manos sucias del PAN e Historias más negras, entre otros,  expresa, con el mismo aire bromista que “como no tenía papeles para ingresar a la Universidad” entré a la de periodismo Carlos Septién, en donde inicié mi carrera en la comunicación.

En el mismo tono con que cuenta su vida le preguntamos, por su actividad como reportero que si había sido invitado a la política alguna vez en su vida y, su respuesta fue, más o menos: “así estoy bien…”

Sobre la venta de libros, considera que le ha dejado buenos dividendos pues ha logrado colocar en el mercado hasta cincuenta mil libros vendidos de uno de sus trabajos, entre los que se cuentan historias sobre el “Chapo” Guzmán y Échale la culpa a la heroína.

Reportero de revistas como Proceso, en donde convivió con la figura emblemática del periodismo como Julio Scherer. Cuando algo no le gustaba algo a Scherer, tenía la característica de que se le veía enojado pero no decía nada.

Entre sus trabajos como reportero, los más destacados que impactaron su trayectoria como periodista, ocurrieron cuando trabajó para el periódico Novedades y reporteó el movimiento del 68 y la represión del 71.

Fueron hechos que marcaron su vida y su trayectoria, desde entonces no ha dejado de seguir los movimientos sociales que marcaron la senda del cambio actual en México. Y, le cuestionamos: ¿cuál es la diferencia entre esos movimientos y los de ahora?

Su respuesta es tajante, antes reporteaba que a los campesinos les intentaban o les trataban de eliminar el derecho sobre sus tierras, “ahora pasa lo mismo” pero en contextos diferentes.

En una conferencia, refiere “pepe”, Gustavo Díaz Ordaz que ya no quería que se siguiera hablando del 68, dijo al estilo de las conferencias de antaño, con el micrófono en sus manos y sin cederlo, que él había evitado que México fuera destruido en aquella triste fecha (el 68).

Al respecto, abunda Reveles como anécdota, que desde el lugar en donde él se encontraba colocado levantó su voz para preguntar “cuál salvación”, a lo que Díaz Ordaz contestó que si no hubiese sido por él “pepe” no estaría en ese lugar preguntando…

Nos despedimos de pepe no sin antes haber expresado, en su estilo que “el premio lo recibió porque de seguro el jurado debió haber dicho ya hay que dárselo a Reveles porque ya los “viejos” periodistas se han muerto”, lo que no dejó de hacer reír a quienes lo escuchamos.

En buena hora a uno de los mejores reporteros que ha dado este noble ejercicio de la comunicación en México.