Jorge Manzo/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El 2018 concluirá en unos minutos y cada que termina un año, los seres humanos buscan el espacio para hacer una reflexión sobre las experiencias vividas. La expectativa es que el ciclo venidero llegue con nuevos conocimientos, amigos, y una larga lista de deseos. Los psicólogos han reconocido que la vida es un ciclo sin fin que no nos da tregua y pasamos de lo viejo a lo nuevo casi sin darnos cuenta. Al acabar un año todos suelen hacer un balance del mismo, de todo lo bueno y lo malo que ha sucedido y al comenzar uno nuevo, se hacen planes de cómo afrontarlo. Nos planteamos nuevos propósitos y retos, que difícilmente solemos cumplir. Tenemos grandes deseos por alcanzar y siempre estamos luchando por conseguirlo y en el camino vamos dejando fuera esos pequeños detalles, que, igualmente, nos hacen felices pero que no solemos darles importancia", expone el portal MVM Psicóloga. Ha propuesto un par de ejercicios para despedir el año y afrontar el nuevo. "Ejercicios en los que recordaremos todo lo bueno vivido y afrontaremos los nuevos retos y sueños. Estos ejercicios se pueden hacer solos o con la pareja, incluso en familia o con los amigos. Se puede hacer más de uno, porque los retos dependerán y se adaptarán a cada grupo de personas". Los ejercicios para despedir el año Lo primero es tomar lápiz y papel y buscar un lugar tranquilo donde poder relajarnos y poder pensar en todo lo sucedido durante el año. Si tenemos problemas para recordar podemos mirar la agenda, el móvil, fotografías… Todo lo que se te ocurra. Dividiremos la hoja en doce partes iguales, una para cada mes de año. Y cada mes en dos, en una pondremos algo desagradable, algo que nos enfadó, algo que nos hizo sentir mal. En la otra parte pondremos dos o tres hechos bonitos que nos sucedieron durante ese mes. No tienen que ser grandes eventos, puede ser una comida en casa de los padres, un paseo por el campo, la visión de una puesta de sol… Cualquier recuerdo que nos venga a la mente y que nos hizo sentir bien y, ahora al recordarlo, también nos hace sentir bien. Repetimos el proceso con cada mes del año, siempre poniendo más énfasis en recordar las cosas positivas que las negativas. Puede suceder que nos haya pasado nada negativo ¡Estupendo¡ has olvidado todo lo malo de ese mes y te has quedado con todo lo bueno que nos da la vida, que es mucho. Cuando hayas terminado observa todo lo bueno y hermoso que te ha sucedido, seguro que es más que lo negativo. Para terminar esta parte del ejercicio anota en un papel todo lo negativo y quémalos en un recipiente observando cómo se consume y se convierte en ceniza. Todos los momentos desagradables van desapareciendo, ya sólo quedan en el recuerdo, en tú recuerdo y eres tú quien puede decidir recordarlos o no. Si los quieres traer de nuevo a tu mente entonces volverán los malos momentos, los sentimientos de dolor y tristeza, y no podrás avanzar. Pero si decides que ya están en el pasado podrás seguir adelante sin cargas pesadas, recordando sólo todo lo aprendido de esa situación. Aprovecharás la experiencia pero no te quedarás estancado en ella. Por otro lado, podemos apuntar en una lista, en un papel bonito, en una foto en el móvil, todo lo bueno que nos pasó durante el año. Sólo tenemos que echarle un vistazo en los momentos que nos encontremos más tristes o vulnerables. Ejercicio para dar bienvenida al año nuevo Empezamos con lápiz y papel y buscando un lugar tranquilo y relajado. Dividimos el papel en doce partes, en cada una ponemos el nombre del mes. Concéntrate y piensa en las cosas pequeñas y sencillas de la vida que te hacen tan feliz como tomarte un café con los amigos, visitar a tus padres, acudir a un spa, pasear por el parque, desayunar en la calle, darte un masaje, preparar una cena para tus amigos, quedarte un fin de semana en casa disfrutando de tu soledad, ir al cine, leer un libro… Son tantas las cosas que puedes hacer. Anota en el casillero del mes todo lo que te apetezca, así no olvidarás cuanto te ofrece la vida y cuantas veces lo desperdiciamos. Por supuesto, también puedes anotar otros grandes sueños y propósitos como viajar o ir al gimnasio, pero se lo más realista que puedas. Piensa el tiempo que tienes y cuanto le puedes dedicar: dos días de gimnasio a la semana es mejor que ninguno. Y será más fácil cumplirlo. Si planeas un viaje para tus vacaciones igual, es mejor hacer un viaje cercano que no viajar. Lo importante es que tu lista sea lo más realista posible porque será más fácil cumplirla. Y, aunque, es una lista abierta, flexible, que la podemos cambiar y reestructurar cuantas veces queramos, lo ideal sería mantenerla con los mínimos cambios para poder cumplirla con mayor facilidad. Con estos dos sencillos ejercicios podemos acabar el año olvidando todo lo malo que nos sucedió y recordando lo bueno. Y empezar con unos buenos propósitos que nos harán sentir bien por poderlos cumplir con facilidad.