El Universal / La Voz de Michoacán Hidalgo. Un zapato, unas llaves, la cicatriz de una operación o un tatuaje, hasta el más mínimo detalle hace la diferencia, entre estar a la expectativa marchita de la vida y la certeza de una muerte inevitable. Aquí, en Tlahuelilpan, justo en el punto donde ayer viernes estalló una fuga de gasolina, cualquier seña, por mínima que sea, le da un posible rostro a los cuerpos carbonizados que yacen en un campo de alfalfa. Convencida de que tiene que localizar a su hermana y a su cuñado, sin importar en las condiciones en que se encuentren, porque así se lo prometió a su madre, Erika observa cómo se realiza el peritaje en la zona donde estalló un ducto de Pemex en San Primitivo. Ya fui a todos lados, ya fui a Pemex, a Tula, Mixquiahuala, Progreso", dijo mientras se cubre del frío que se siente al estar sobre la milpa en donde ocurrió el accidente. Ahí recordó que tanto su hermana Jessica, y su cuñado Valentín, ambos de 24 años y que llevaban casados siete años en los que tuvieron dos hijos, decidieron acudir a ese lugar, a pesar de las advertencias que les hizo. Tras enterarse de la explosión, ella se movilizó y tras buscar toda la noche, esta mañana la sorprendió frente al lugar de la explosión. Pobladores identifican cuerpos Un grupo de peritos federales realizan el peritaje para poder iniciar el retiro de cuerpos. Rodeados por militares, marinos, policías federales y familiares de las víctimas, las autoridades recorren el lugar, marcan los indicios, cuentan los cadáveres que hasta ahora suman 66 Poco a poco dan acceso a la gente para que traten de identificar a alguno de sus familiares entren los restos para tratar de reconocer un zapato, una marca o un indicio entre los cuerpos calcinados y los restos de cenizas. Muchos no han dormido y a pesar de que se les impidió el paso durante la madrugada se impusieron y lograron llegar hasta el canal en donde ocurrió la explosión.