Jorge Manzo/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Andrés Manuel López Obrador ha sido el primer presidente de México que ha desafiado al crimen organizado. Su gobierno lo inició con una ofensiva directa en contra de los huachicoleros que al año “consumen” más de 60 mil millones de pesos a Petróleos Mexicanos, y pese a todos los riesgos que ello implica, ha decidido mantenerse con un equipo de seguridad discreto, e incluso, ha anunciado que se deshará de los vehículos blindados que también le brindaban protección al mandatario. Sus antecesores, después de Lázaro Cárdenas del Río, han recibido seguridad otorgada por el Estado Mayor Presidencial, que es un cuerpo especializado del Ejército Mexicano, hoy en vías de extinción. El cuerpo estaba integrado por al menos 2 mil elementos, quienes se encargaban de brindarle protección al propio presidente de la República y a su familia, a los jefes de estado extranjeros que visiten el país, expresidentes de México y otras personas que por la importancia o encomienda lo ameritaran. López Obrador ha declarado el fin de la guerra, e inicio de la paz, sin embargo, ya ha surgido la primera amenaza directa en contra del presidente de la República, y ha sido a través de una narcomanta, presuntamente atribuida a un líder huachicolero asentado en el estado de Guanajuato. El presidente de México en contraparte ha rechazado reforzar su seguridad personal, argumentando que el que “lucha por la justicia, nada tiene que temer”. Sigue realizando sus recorridos sin ninguna seguridad adicional. https://twitter.com/CarlosTorresF_/status/1090977325762703361 En la historia reciente no se tienen registrados hechos o amenazas en contra de presidentes de la República. Sin embargo, la propia familia del presidente López Obrador le ha pedido que reconsidere su postura y se refuerce su seguridad personal, lo que él mismo ha rechazado de manera tajante en varias ocasiones.