Rarezas de Goya y mapas antiguos salen a la luz en Nueva York

En medio de un océano de documentos que amarillean, mapas antiguos y grabados enigmáticos, decenas de coleccionistas bucean desde este jueves en Nueva York entre las páginas más interesantes de la Historia, a la caza de un tesoro que les cautive.

Foto: El Universal

El Universal /La Voz de Michoacán
En medio de un océano de documentos que amarillean, mapas antiguos y grabados enigmáticos, decenas de coleccionistas bucean desde este jueves en Nueva York entre las páginas más interesantes de la Historia, a la caza de un tesoro que les cautive.
La Feria Internacional de Libros Antiguos de la ciudad, una meca para los bibliófilos desde hace 59 años, expone en esta edición rarezas como "Los Proverbios" del pintor español Francisco de Goya, en este caso ejemplares de su primera edición, de 1864, y otros cuatro grabados "extra" hallados más adelante.

Forman parte del casi centenar de artículos que ha traído desde España la Librería Bardón a la que es considerada la "mejor feria del sector", relata a Efe su propietaria, Alicia Bardón, la tercera generación que lleva las riendas de este negocio familiar situado en Madrid.
Bardón lleva diez años presente en este importante foro internacional que ofrece objetos exquisitos, desde mapas y manuscritos hasta incunables y obras artísticas, y que abarcan buena parte de la historia de la escritura, desde la era Gutenberg hasta el siglo XXI.
El monumental edificio Armory de Park Avenue, que ocupa un bloque entero al este de Manhattan, acoge hasta el domingo al mayor número de expositores que jamás ha tenido la feria, un total de 217, la mitad estadounidenses, aproximadamente, y el resto procedentes de otros países.
Junto a la serie de enigmáticos grabados que Goya no llegó a publicar en vida, y que retratan visiones marcadas por la violencia y la superstición, con un precio de 70 mil dólares, Bardón se remite al nutrido grupo que desde los primeros minutos pasea por el Armory para destacar el interés por este mercado en Estados Unidos.
"Y además las instituciones públicas, y las privadas, invierten mucho más que en Europa", sostiene la empresaria, la única española entre los libreros europeos, la mayoría italianos y franceses, para quien acudir a Nueva York vale la pena pese a la fuerte burocracia.
La fascinación de la gente por los objetos antiguos en nuestros días, asegura, viene de un "impulso" y del "sentimiento" de cada uno, más que del "carácter financiero" que prima en el mercado del arte contemporáneo y que a veces crea "burbujas".
Sostiene que los libros y documentos cartográficos que dejan constancia de los descubrimientos históricos de exploradores como Magallanes, y de los que esta feria está repleta, "se aprecian mucho y alcanzan precios importantes" en EU.
"Se valoran más que en nuestro país", conviene Bardón, señalando al estánd de enfrente, del neoyorquino Daniel Crouch, que ofrece "uno de los mapas más grandes jamás impresos", elaborado por del jesuita flamenco Ferdinand Verbiest en Pekín en 1674, y luce una etiqueta de 240 mil dólares.
No muy lejos, la librería francesa Faustroll, que acude por segundo año a este encuentro en la Gran Manzana, esconde tras sus vitrinas algunos tesoros firmados por hispanos entre sus artículos importados de París para coleccionistas de cosas "extremadamente bonitas", relata su propietario, Christophe Champion.
Si lo que aprecian es "tener una pieza de la Historia, y también de arte", explica, apreciarán un libro original de 1959 del poeta André Frénaud con ilustraciones del pintor catalán Joan Miró, o la primera edición de "Dulce Patria" del poeta chileno Pablo Neruda, que luego se incluyó en su obra maestra "Canto general".
Al abrir la primera página del libro, Champion descubre una dedicatoria del premio Nobel a su amigo, el también poeta Pierre Seghers, escrita en tinta verde y acompañada del dibujo de una flor: "Al poeta Pierre, del poeta Pablo. París, 1951".
Entre otras curiosidades, la holandesa Antiquariaat Forum, ubicada en la localidad de Utrecht, despliega casi dos centenares de litografías en las que se observan antigüedades de la civilización maya que pertenecieron al zar Alejandro II de Rusia.
Pero no solo acudirán a mirar y comprar los caza-tesoros a la feria: también aprenderán en conferencias de expertos y antes del cierre, el domingo, aprovecharán para llevar consigo sus propios libros antiguos y que los profesionales sean los que "descubran" su valor.

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