Arturo Molina/ La Voz de Michoacán El crecimiento desmedido e irregular de los fraccionamientos impulsado por grandes empresas constructoras, provocará que en poco más de 30 años Morelia pierda su capacidad de autoabastecerse de agua. Lo anterior en detrimento de la práctica ganadera, industrial y de servicios de más de un millón de habitantes. Según datos de la Procuraduría Ambiental de Michoacán (PROAM), sólo en Morelia se tiene registro de 20 denuncias por el tema en contra de constructoras, razón por la cual se aplicaron 10 medidas de seguridad que corresponde a la suspensión provisional de la obra. Durante el año 2017, la dependencia estatal realizó un total de 53 acciones relacionadas con el tema de construcción de fraccionamientos, visitas de inspección, inicios de procedimiento, suspensiones, clausuras. De las cuales 23 fueron procedimientos en contra de las constructoras por irregularidades en los permisos de construcción. En lo que va de 2018 no se han presentado denuncias por el tema. Esta ciudad capital, ha registrado un aumento de la construcción de fraccionamientos en el orden del 42.6 por ciento, tendencia que inició en los años ochenta del siglo pasado y que ha aumentado significativamente la densidad poblacional a costa, de las áreas naturales. Y es que a decir de especialistas en la materia, se advierte que Morelia presentaría las mismas condiciones de la Megalópolis en Ciudad de México y tendría que "jalar" el agua de otras demarcaciones a través de un sistema hídrico que dispararía el costo del vital líquido. El trasvase por motobombas es además de costoso un generador de contaminación. El doctor Arturo Chacón del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales (INIRENA), de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) denunció que en nuestro municipio no se están respetando los criterios de ordenamiento territorial, lo que ha ido en detrimento de las zonas de recarga naturales, así como de la producción de agua para autoconsumo del municipio. Destacó que la única solución es frenar de lleno esta situación e identificar los principales polígonos de recarga de pozos de agua, manantiales y presas que abastecen a la población de Morelia. “Se actualizan los planes de desarrollo, IMPLAN es el encargado de la actualización. El reto es que integren los criterios ecológicos. No entienden que las áreas que se deben de proteger. Decretar áreas de protección de acuíferos, no permitir más el desarrollo urbano porque existen fraccionadoras que desean continuar y el acuífero ahora está garantizado, pero en el momento en que se sigan expandiendo los fraccionamientos, de ahí se pierde el abasto de agua de Morelia”, explicó el especialista. Para poder desarrollar un fraccionamiento, se necesita la autorización del municipio de uso de suelo, y del gobierno del estado se requiere la manifestación de impacto ambiental, es decir a las instancias municipales. Se ha dado a conocer que en muchos de los casos los constructores no cumplen con la norma y aun así construyen, debido a que les sale más barato pagar las multas por impacto ambiental que modificar el proyecto original. Asimismo, en los estudios de impacto ambiental no siempre se hacen los balances de compatibilidad del suelo y el entorno ecológico para determinar si es viable que se genere un nuevo asentamiento. “Morelia está creciendo de manera poco planeada y poco compatible con la realidad de la cuenca. Como Altozano, donde es un área de generación de agua potable, el crecimiento que va desde el Tecnológico de Monterrey, se perdió por el corte del bosque. El problema del abastecimiento del agua podríamos decir que está medianamente garantizado, por lo que queda de este siglo. Tenemos una exposición muy fuerte de que en 30 o 40 años tengamos problemas de abastecimiento de agua, el temor es el abatimiento de los pozos de Morelia”, señaló. De continuar esta tendencia de degradación a los suelos de Morelia, los primeros e abatirse y dejar de bombear agua serían los pozos profundos que abastecen el 33 por ciento del agua del municipio; en segundo lugar y derivado del azolve, la contaminación y la perdida de captación se perdería la Presa de Coinztio, principal abastecedor del vital líquido, y en tercer lugar el Manantial de la Mintzita, derivado de la extracción desmedida y la deforestación. Cabe destacar que la ruta legal para construir un fraccionamiento es la siguiente; previo a la realización de las obras, todo contratista o constructor, debe de contar con la manifestación de impacto ambiental (MIA) otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente Cambio Climático y Desarrollo Territorial (SEMACCDET) así como dar cumplimiento a los términos y condicionantes de la misma, además de generar y registrar ante la Secretaría, un Plan de Manejo de Residuos de Manejo Especial. Para más información consulte la edición impresa del 22 de enero.
La Voz de Michoacán
