Juan Pablo Ríos y Valles Boysselle 100 días están por cumplirse y Andrés Manuel tiene bastante para presumir. El combate contra el huachicol que, dice él, ha regresado la soberanía a Pemex; el fin de la corrupción en el sector de la construcción, que logró a su manera, cancelando el nuevo aeropuerto de la CDMX; el regreso del poder de decisión al pueblo, sin ninguna intención escondida, con encuestas cantadas sobre proyectos estratégicos; el impulso al sistema de justicia poniendo gente de probada experiencia en la Fiscalía General de la República incluyendo a Alejandro Gertz Manero, y que haya sido el Director de las prisiones en México cuando escapó por primera vez El Chapo es un dato irrelevante. Con la fuerza de ser uno de los 10 Presidentes más populares del mundo, el nivel de confianza del consumidor más alto de la historia moderna, el optimismo de los empresarios creciendo y a los mexicanos calificando su nivel de vida con un 8.4 de acuerdo al Indicador de Bienestar Autorreportado del INEGI, Andrés Manuel usa su buen momento. Aprovecha para seguir alimentando el deseo de verlo, tenerlo cerca, comprar un muñeco de peluche con su cara y creer ciegamente en el mensaje esperanzador que envía a su base, que ya no es de 30 millones de votantes, sino de 60 millones de paisanos. Aprovechar que te quieran para pasarte de la raya no es exclusivo de los gobernantes, en cierta manera la naturaleza humana impulsa a aprovechar la situación como ventaja competitiva para ganar comodidad, placer, estatus o dinero. Lo peligroso es que curiosamente la persona de abajo, aquel de quien el ventajoso se sirve, en vez de detener el atropello, sonríe y tiende un tapete rojo para que el abusivo circule. En Michoacán se conoce bien el tema; pareciera que la ciudadanía sabe que, además de pagar impuestos hay que rendir pleitesía, agradecer la grosería y besar la mano del político antes de que esté demasiado babeada. Para muestra la vida política de Leonel Godoy. Siendo Gobernador se escuchaban voces en secreto de quienes le acusaban de corrupción y opacidad en la lucha contra el crimen, pero en público lo saludaban en los actos a los que les invitaban y mejor no faltaban para no hacerle el feo. Una vez fuera del poder el secreto se convirtió en información, quienes se sentían estafados platicaban en los cafés su desdicha, pero jamás en tribunales, se le declaró desprecio total y hasta MORENA lo tuvo que esconder cuando le pidió que fuese uno de sus abogados para defender la elección del Estado de México. La indignación no fue para siempre, hace menos de 15 días empresarios y líderes sociales lo saludaron, acompañaron y le escucharon de cerca decir “en 2021 vamos a ganar la gubernatura en Michoacán”. Haberle sonreído no fue amor ni conveniencia, pura cortesía por si acaso se le cumple. Los amigos del poder suelen ser personas que en sí mismas no lo conseguirían, menos por medios lícitos o éticos, por eso dan la vida con tal de que su padrino o conecte siga enchufado en el sistema y crezca para que alcance a salpicar. Esto es lo que motiva a los morenistas a poner en el orden del día la exigencia de gritar “es un honor, estar con Obrador” y abuchear a los 14 Gobernadores que han pasado por la vergüenza. Quien planea artimañas lo hace con plena certeza de la ausencia de consecuencias porque en México no pasa nada, hasta que sale el valiente. En Colima Ignacio Peralta se atrevió y hasta preguntó “¿ya terminaron?” pero es uno de 14 y entre los 13 dejados se cuenta al Estado de Michoacán. La falta de oposición no es culpa de López Obrador, no se debe a su inteligencia ni astucia para desarticular a quien piensa diferente, la culpa la tiene la propia oposición que se rinde al sentirse pequeña, que prefiere no quedar mal por si en última instancia el interés individual se salvaguarda brincando al barco enemigo aunque implique jurar servicio eterno. ¿Dónde está el paisano Marko Cortés jefe de la oposición? ¿Dónde quedó el Perredista que quería hacerle frente a Andrés Manuel y hasta su candidatura a Presidente ofreció para que el país no tuviese que tener a AMLO despachando en Palacio Nacional? Sería bueno que, aunque fuera, la indignación mostraran, no vaya a ser que se note que sólo les interesa ver qué hueso o beneficio agarran. Facebook/Juan Pablo Ríos y Valles juanpablo@riosyvalles.org