El Universal / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La llamaron "peligrosa", "poco confiable" y hasta "masona". A ella no le importó y se convirtió en la primera mujer que estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y después, recurrió al mismísimo presidente para que se le permitiera estudiar Medicina. Su nombre fue Matilde Montoya y hoy se cumplen 160 años de su nacimiento. Google la recuerda con un Doodle como la primera mujer mexicana que luchó y logró estudiar Medicina. En 1882, Matilde Petra Montoya Lafragua fue la primera mujer que ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, que en el siglo XIX se encontraba en lo que hoy conocemos como el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Se enfrentó a difíciles obstáculos Según ha recuperado El Universal en sus páginas, el paso de Matilde Montoya por el bachillerato y luego por la universidad no fue fácil. Primero tuvo que enfrentarse a las limitaciones económicas y después a la sociedad machista y conservadora de la época que la atacó inclusive a través de notas y editoriales publicadas en los periódicos de entonces en los que la acusaban de "poco confiable", "impúdica y peligrosa" e incluso de "masona y protestante". Cuando finalmente logró ingresar a la Escuela Nacional de Medicina, recibió burlas e insultos por una parte de la comunidad universitaria, e inclusive algunos profesores y compañeros intentaron frenarla en su esfuerzo por titularse como médica cirujana. Buscó al presidente para conseguir su meta Cuando sus compañeros consiguieron que la universidad la diera de baja y le impidiera recursar cinco materias de bachillerato que se le impugnaron tras considerar que su educación no había sido válida, Matilde Montoya decidió que no se daría por vencida y le escribió una carta al presidente Porfirio Díaz pidiéndole ayuda para que la dejaran seguir estudiando. Al recibir el texto de la joven, el presidente, "dio la orden al secretario de Ilustración Pública y Justicia, licenciado Joaquín Baranda, para que sugiriera al director de San Ildefonso dar las facilidades para que Montoya cursara las materias en conflicto. El director tuvo que acceder". La primera mujer que estudió medicina en el país, terminó sus estudios, preparó su tesis y solicitó realizar su examen profesional. Nuevamente, los estatutos de la Escuela Nacional de Medicina se convirtieron en un obstáculo puesto que sólo mencionaban que "alumnos" podían presentar esta prueba. Matilde volvió a dirigirse a Porfirio Díaz. Su constancia logró que el presidente emitiera un decreto para reformar dichos estatutos de forma que a las mujeres también se les permitiera recibirse si cumplían con los requisitos de su examen teórico y práctico ante un jurado académico. En medio de la sorpresa de la comunidad académica, el presidente asistió al examen profesional de Montoya Lafragua, quien después de años de lucha consiguió graduarse y titularse como la primera mujer médica cirujana de México.