Tere Jaramillo/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La afición esta vez fue clara, no quieren más malos partidos ni más malos resultados. La poca afición que se dio cita -según cifras del estadio fueron 15 mil aficionados- fue con poca expectativa y más por no desperdiciar un lugar por el cual ya habían pagado. Desde la entrada los asistentes se veían como aquellas veces en las que ya no esperas nada. Y así lo fue, el primer gol vino por parte Lobos, gol que sentenció a los jugadores porque las rechiflas y los abucheos se hicieron más evidentes. Lo que retumbaba en el estadio esta vez no era el grito de ¡Morelia, Morelia!, eran los reclamos de una afición decepcionada y frustada, los pocos asistentes que estaban en el Morelos se dedicaron los siguientes minutos a hacerles entender a los jugadores que no quieren más de este Morelia y parece que funcionó, ya que casi para finalizar el primer tiempo vino la reacción de Morelia quien anotó el gol del empate. Revivieron los ánimos, se alcanzó a escuchar el” goooolllll” en el Morelos, finalizó el partido y quedó una sensación de pequeño alivio en la afición. Pero los fanáticos querían más, ya están cansados de ver si es el jugador, el entrenador o la directiva; piden juego, piden emociones en la cancha. Y es que los primeros minutos de cada tiempo siempre son buenos para Monarcas, sin embargo, algo pasa, pareciera que se cansan que no tienen buen rendimiento, que dejan de hacer lo que hacen esos primeros 20 minutos brillantes para luego tirarse atrás y dejar al rival jugar. Pasaron los minutos y Monarcas seguía sin anotar gol, si había intenciones de jugadas pero desperdiciadas, falta aquel delantero con visión y tino como Ruidíaz, que pase que le enviaban, pase que anotaba. Los silbidos, las rechiflas volvieron a sonar en el Morelos, la exigencia continuaba, la molestia estaba presente. Quince minutos antes de finalizar el partido empezó a vaciarse el estadio. Ni los intentos repetidos de los animadores del estadio ayudó a que la afición se animara. Terminó el partido 1 a 1. ¿Decepción? ya no puede haber más decepción. La afición simplemente se fue y el estadio Morelos quedó nuevamente solo, aguardando a escuchar los gritos y la emoción de ¡Morelia, Morelia!.