AP / La Voz de Michoacán Asunción. Benigna Benítez freía el viernes tortillas de papa en un albergue provisorio en las afueras de Asunción mientras esperaba que sus nietos terminaran de construir la precaria choza donde vivirán por unos seis meses luego de que la vivienda familiar fuera anegada por la crecida del río Paraguay. El gobierno es lento en ayudar a los pobres. El agua inundó nuestra casa hace una semana pero hace unas horas la oficina de Emergencia Nacional nos entregó madera liviana y chapas de metal, además de algunos alimentos no perecederos", dijo la mujer de 69 años a The Associated Press hablando en idioma guaraní. Joaquín Roa, director de Emergencia Nacional, dijo en una conferencia de prensa que "unas 20.000 personas, en todo el país, se desplazaron desde zonas bajas hacia lugares altos" y que se están entregando materiales para construir viviendas transitorias y alimentos. “Trataremos de asistir a todos ", acotó. La altura del río en Asunción alcanzó los 6,23 metros el viernes, de acuerdo con un informe de la Dirección Nacional de Meteorología. La altura no crítica es de unos 4,20 metros. En tanto, unas 60 familias seguían el viernes aisladas dentro de sus casas totalmente inundadas, dijo a AP el sacerdote Pedro Velazco, quien reclamo al gobierno que las rescate para ubicarlas en zonas altas. El gobierno no tiene ninguna previsión, nada de protocolo para casos de emergencia. Hace una semana que 80 familias a las que conocemos bien están sin poder salir de sus casas porque están rodeadas de agua”, describió. El sacerdote agregó que “un par de camiones de carga entraron a la zona crítica para ayudar a unas pocas familias pero otras 60 siguen sin ser rescatadas”. El río Paraguay nace en el estado brasileño de Mato Grosso do Sul y cada año por las intensas lluvias del otoño austral va subiendo de nivel inundando pequeñas localidades ribereñas de los departamentos Concepción, San Pedro, Central y Ñeembucú. Algunos de los barrios populares de Asunción, que tiene 526.000 habitantes, se encuentran en zonas bajas afectadas por la crecida. Varios propietarios tuvieron que abandonar sus hogares movilizándose en canoas.