Horacio Erik Avilés Martínez Un sistema educativo que cuente como aliados vigorosos a los integrantes de su magisterio tendrá enormes posibilidades de éxito de alcanzar su misión de hacer efectivo el derecho a aprender de los seres humanos en su localidad. En Michoacán, 97 por ciento de los recursos destinados a la educación se dirigen a pagar los salarios de los trabajadores, con lo que podemos inferir que, si el porcentaje de inversión es proporcional a la confianza de los ciudadanos, la misma que es depositada en los maestros es inmensa. A la misma, la enorme mayoría de los trabajadores de la educación corresponden con enorme sensibilidad social y hacen esfuerzos sobrehumanos por formar a nuestros hijos en las escuelas. Ante el desgarramiento de las instituciones, redes y grupos autopoiéticos en nuestra nación, los maestros tejen, zurcen y generan condiciones para que los estudiantes bajo su tutela logren aprender lo establecido en los planes y programas de estudio, a la vez que adquieran conciencia social y tracen su sendero de vida. Definitivamente son demasiadas responsabilidades para un solo gremio, en el cual descansamos colectivamente obligaciones que eludimos realizar, esperando que los maestros, contando con insumos verdaderamente pírricos, eliminen la ignorancia, pereza mental y la alienación producto de las condiciones de vida que el sistema en el que vivimos genera en los educandos. Los maestros merecen reivindicación, apoyo y reconocimiento a su labor. En ese tenor, como una acción importante que desarrolla la autoridad en la materia, destaca la incorporación de más de 250 egresados de las escuelas normales al servicio profesional docente (SPD). Contrariamente al uso y costumbre imperante en la entidad, en esta ocasión no fue a través de marchas ni de tácticas de presión, sino mediando el proceso normativo estipulado debidamente cumplimentado. Los resultados de los exámenes de ingreso al SPD de los últimos años no mienten: son los egresados de las escuelas normales públicas quienes obtienen mejores resultados y cualifican debidamente su idoneidad en los mismos. No podemos generalizar tampoco ni echar campanas a vuelo, pero, indudablemente, de las escuelas normales egresan muchos profesionistas talentosos y llenos de vocación que merecen por mérito propio estar en las aulas michoacanas. Gracias a la labor de convencimiento realizada por la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), hoy estos 250 profesionistas recién contratados pueden decirles sin titubeos a los padres de familia que se ganaron su lugar en una escuela pública de Michoacán mediante la acreditación respectiva de su idoneidad, al haber cumplido con todos los requisitos del proceso de ingreso al servicio profesional docente estatal contemplado en la normatividad aplicable en la materia. Sin duda es un gran acierto del Gobierno del Estado y de la SEE en lo específico el gradualmente incorporar a los egresados de las escuelas normales a los procesos establecidos en la normatividad de alcance nacional vigente en la materia. Desmitificar, informar, transparentar, convencer e invitar son labores muy valiosas y dignas de reconocimiento. Más aún, durante la ceremonia en la cual se entregaron las adscripciones a los maestros recién incorporados al SPD, se hicieron reconocimientos públicos a docentes ejemplares, quienes han logrado revertir el destino manifiesto de comunidades olvidadas, sumidas en la pobreza y la marginación, pero que por contar con líderes educativos aún persiste la esperanza de transformarlas. Por lo anterior, muy importante será definir y atender cuidadosa y efectivamente cada uno de los procesos en los que están involucrados los maestros para evitar que los rezagos y omisiones se conviertan en auténticas bolas de nieve que generen avalanchas de protestas. Específicamente, resulta lamentable la confusión, indignación y desesperación que han campeado en el gremio docente las circunstancias de impago de salarios, prestaciones, aguinaldos y bonos. La solución debe de darse por parte de la autoridad a la brevedad solventando los adeudos al respecto. También es pertinente señalar que, aprovechándose al extremo de la situación, los líderes de la CNTE se han extralimitado, ya que ni responden a sus bases sobre las acciones que han emprendido en torno a la exigibilidad legal de los salarios, aguinaldos, bonos y prestaciones de sus agremiados y en cambio sí han perpetrado toda clase de acciones en las que convierten el espacio público en una pasarela donde exhiben a los maestros como si fuese músculo político para ofertarse al mejor postor en el contexto electoral vigente, como ya lo han hecho en múltiples ocasiones. Igualmente reprobable es que en sus lesivas tácticas de presión llegan al extremo de usar a niños para sus aviesos fines. Más allá de las debatibles acciones que emprenden las cúpulas sindicales, el encono social encunado en el gremio magisteriales comprensible perfectamente: imaginemos lo que un docente y padre de familia a la vez siente cuando ve llegar a sus alumnos enfermos, sin dormir, preocupados, con los ojos llorosos, sucios, con el uniforme roto, sin haber desayunado, llenos de ira, enlodados, etcétera. Entendamos la sensibilidad que han desarrollado ya que cada docente, a la par que tiene que ver como cabeza de familia por sus hijos y como persona por su porvenir, debe ser interpelado cotidianamente por la realidad que viven los niños y jóvenes a su encargo. Indudablemente, cada docente, como líder del desarrollo comunitario, también está inmiscuido con su entorno y por ello no es difícil imaginar por qué luchan muchos maestros y se dan a la protesta social. Revertir el histórico encono del magisterio michoacano implica reconvertir en fortalezas, una a una, las problemáticas sociales que viven a diario en sus comunidades. Una vez habiendo logrado resolver los orígenes legítimos de las protestas debemos de aprender de esta situación. Una sociedad que no asimila las duras lecciones que le brindan las circunstancias de crisis, está destinada a sumirse en la mediocridad y eventualmente a padecer reverberaciones de similar o peor magnitud. Asumir que las comunidades de aprendizaje son centros neurálgicos del desarrollo integral de nuestra nación y conformadores de nuestro porvenir ayudará enormemente a dimensionar la trascendental importancia de nuestras escuelas, a la par que del rol del docente en el Michoacán contemporáneo. Es justo reconocer que se ha avanzado en los últimos años en materia educativa en la entidad, pero es menester también ponderar las múltiples necesidades de los docentes, por ejemplo, la de formación continua, que en muchas ocasiones los propios maestros pagan de su bolsa, a pesar de que la Ley Federal del Trabajo estipula que es la parte patronal quien debe de solventarla. En el entorno electoral, los que sueñan con ocupar cargos de elección popular tienen la ineludible responsabilidad de impulsar a los maestros, de tener una agenda política para, con y a través de los docentes.No es infiltrando golpeadores entre la base magisterial, ni permitiendo que ingresen o permanezcan personas sin perfil docente percibiendo ingresos como si fuesen maestros de verdad, no es tratándolos como clientela política, ni tampoco es amenazándolos ni persiguiéndolos como se habrá de contar con ellos para lograr una transformación nacional. En ese contexto, es conveniente preguntarse hacia dónde va el magisterio. Si continúa la situación como está, y repitiendo lo mismo, seguramente irá a la revuelta, a la protesta, a ser carne de cañón, operador y voto corporativo nuevamente, a apoyar la agenda confidencial que sus personeros y cúpulas urden para desestabilizar al régimen y para obtener ganancias y privilegios personalísimos. En cambio, si actuamos diferente, cabe la posibilidad de queel magisterio vaya a las aulas y desde ahí haga lo que mejor sabe hacer: educar. Llevar al magisterio de la protesta a la propuesta es un ideal; pero llevar al gobierno de la acción pospuesta a la respuesta es una obligación constitucional.Dejemos de desperdiciar la oportunidad de formar, de elegir, de retribuir, de reconocer, de dotar de condiciones a quienes conforman la sociedad mexicana del futuro. Indudablemente México está sumido en una profunda y sistémica crisis, pero tendrá salvación siempre que alimentemos y aprovechemos el enorme potencial generador de humanidad de nuestro magisterio, colaborando con el trazo de un sendero posible y próspero para los maestros michoacanos, para que alcancen el estilo de vida, la calidad de vida y el reconocimiento social que se merecen gracias a su talento y esfuerzo, que deben ser los únicos requisitos válidos para ascender en una ruta justa, transparente y meritocrática Sus comentarios son bienvenidos en eaviles@mexicanosprimero.org y en Twitter en @Erik_Aviles