Redacción/La Voz de Michoacán Estados Unidos. Luego de los recientes sismos en California, las alarmas se han encendido por la continua y fuerte actividad tectónica en Estados Unidos, lo que hace recordar de la falla de San Andrés, famosa por producir grandes y devastadores terremotos. Esta falla se ha ido transformando y discurre por unos 1300 km a través del estado de California, en Estados Unidos y Baja California, en México. Forma el límite tectónico entre la placa Norteamericana y la placa del Pacífico y su desplazamiento relativo es horizontal dextral (direccional derecho). ¿Cómo afectaría a México? Se considera que la península de Baja California se formó por la actividad de esta falla. Este mismo proceso está moviendo a la ciudad de Los Ángeles en dirección hacia la bahía de San Francisco (ambas están en lados diferentes de la falla), acercándolas a una velocidad de unos 4,6 cm por año. Este movimiento es tan lento que no puede ser percibido a escala humana, pero ha ocasionado numerosos daños a obras de ingeniería como acueductos, carreteras y ranchos. Debido al movimiento de la placa del Pacífico, que penetra por el golfo de California y hacia el norte de la falla de San Andrés, en los próximos 50 000 años la península de Baja California se desplazará hacia el norte, separándose de México y convirtiéndose en una isla. Se calcula que llegará frente a Alaska en unos 50 millones de años. ¿Por qué preocupa? La mayor preocupación radica en el extremo sur de la falla, pues se tienen registros previos de actividad sísmica cada 150 años aproximadamente, cuando ahora, ya han pasado 300 años sin que esta parte haya tenido movimiento, lo que sin duda representa una acumulación de energía que al momento de liberarse podría desatar uno de los terremotos más destructores de la historia. La ciudad de Los Ángeles y comunidades aledañas, se preparan para una situación de emergencia, ya que los científicos pronostican que este sismo de gran magnitud se presentará dentro de los próximos 30 años. En la Conferencia Nacional de Terremotos celebrada en California en 2016, los científicos que participaron ya advirtieron que la sección sur de la falla de San Andrés está "cargada y lista" para provocar un gran temblor. La falla de San Andrés pertenece al Cinturón de Fuego del Pacífico, una zona de elevada actividad sísmica y volcánica producto de las zonas de subducción que abarca, pero los sismos de esta zona también son producto de numerosas fallas de transformación, San Andrés es una de ellas. Como consecuencia de esta falla se originan numerosos terremotos, habiendo acontecido algunos de considerable magnitud como los de 1857, extendiéndose desde Parkfield (en:) hasta El Cajón (magnitud estimada: 8,0); el de San Francisco de 1906 (magnitud estimada: 7,8); el terremoto de Loma Prieta de 1989, cerca de Santa Cruz, California (magnitud: 7,1), El Centro en 1940, en Baja California, en México el 4 de abril de 2010 (magnitud 7,2), San Francisco el 24 de agosto de 2014 (magnitud 6,1) y el más reciente en Baja California, México, el 13 de septiembre de 2015 (magnitud 6,6).