Persiste riesgo de inundación, a un año de los deslaves en el Quinceo

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Foto: Samuel Herrera Jr. Hace un año una tormenta provocó una corriente de agua, piedras y lodo que bajó del Cerro del Quinceo dañando autos, viviendas y vialidades.

Héctor Jiménez y Arturo Molina / La Voz de Michoacán

 

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Morelia, Michoacán. El 10 de julio de 2018 una fuerte “avenida de agua” desembocó desde el Cerro del Quinceo dañando autos, viviendas y vialidades a su paso. A un año de esta fecha, los ciudadanos que residen en esta zona y autoridades municipales del área de medio ambiente tomaron medidas preventivas para evitar un hecho similar, al construir más de 70 presas de piedra que reducirían el impacto de una nueva precipitación pluvial.

Sin embargo, las fallas estructurales en el diseño de las unidades habitacionales, como el muro de contención y el corte bruco de la vialidad (que originaron una auténtica cascada) permanecen, junto a la venta de casas en zonas de auténtico riesgo ante lo imprevisible que suele ser la naturaleza misma.

Foto: Samuel Herrera Jr.

La madrugada del 10 de julio de 2018 una fuerte tromba impactó al poniente de la ciudad y reveló las omisiones de estudios de riesgo, la falta de planeación y los riesgos en los que viven decenas de miles de personas de esta ciudad. En cuestión de minutos, y de acuerdo con las versiones oficiales, una hoya de agua ubicada al menos 3 kilómetros arriba se reventó, arrastró lodo, rocas, agua y árboles hasta que colisionó con el muro perimetral de uno de los fraccionamientos. Luego de minutos de que el agua se acumuló contra el muro, la estructura sucumbió a la presión y arrastró decenas de automóviles e inundó viviendas, sin que por fortuna se presentaran víctimas mortales, aunque más de 50 familias severamente afectadas en su patrimonio.

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Ayuntamiento hace ‘represas’ y cauces artificiales

“Nosotros nos avocamos junto con ejidatarios del Quinceo y con gente de Chiquimitío; constituimos una brigada de 30 personas por un tiempo de dos meses a efecto de construir presas de piedra acomodada y pesas de gaviones. Estas presas se establecen a lo largo de la cañada, a lo largo del arroyo que la mayor parte del año está seco, pero que durante temporada de lluvias conduce una gran cantidad de agua”, explicó el director de Medio Ambiente de Morelia, Alfonso Suárez López, en entrevista para La Voz de Michoacán.

Estamos hablando de cuatro cañadas, en las que ya llevamos 74 presas. Aprovechando el material local, es decir, la piedra, y afortunadamente en el Quinceo hay bastante piedra, se van haciendo esas presas de manera sucesiva. Es decir, que viene el golpe del agua, impacta con una primera presa, ahí se detienen parte del material que se arrastra y parte del agua, brinca sobre el mismo cauce a la segunda presa y así se va. En una barranca tenemos 34 presas y estamos hablando de presas de diversas dimensiones, de cuatro metros de ancho, pero otras de 20 o más metros de ancho”.

Cuestionado sobre la forma en que se distribuyeron las presas de piedra, el director de Medio Ambiente respondió que se identificaron los cuatro “cauces naturales” por los que el agua desembocó en el julio de 2018, de tal manera que los elementos de contención se construyeron no sólo en la parte baja, sino a todo lo largo de estas líneas para provocar que una posible “avenida de agua” perdiera ímpetu de forma gradual.

Foto: Cortesía

“La barranca se atiende no sólo en la parte baja, porque el agua vendría con mucha violencia”, detalló. “A todo lo largo de la barranca, de manera escalonada se van haciendo esas represas, eso es lo que tenemos y ya en la parte baja se hace una presa de gaviones más fuerte y más consolidada para que se capaz de retener lo que alcancé a pasar”.

Viviendas estaban ubicadas en zona de cauce

Sobre el ambiente que se vive en la zona a un año de los mencionados hechos, el funcionario municipal lamentó que se habían ubicaron viviendas establecidas en zonas de peligro. “De manera muy irresponsable al momento de fraccionar, hay gente que incluso los cauces los fracciona, que ha construido viviendas en el cauce mismo, lo cual es un acto de irresponsabilidad criminal porque puede haber consecuencias fatales”, advirtió.

Foto: Samuel Herrera Jr.

Cuestionado sobre si se tomaron acciones legales por esta situación, respondió que la situación procede de una repartición de los terrenos tras el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), y actualmente se mantienen reuniones con el Registro Agrario Nacional para dar seguimiento al caso.

Cuando se estableció el programa del Procede y se hizo el repartimiento del terreno común de los ejidos, luego los ejidos con el concepto de dominio pleno comenzaron a repartirse todo el cerro y en ese ánimo no entendieron que los cauces son de competencia federal y ahí se debe hacer una exclusión porque son intermitentes, es decir, que no todo el año llevan agua, pero cuando llevan, llevan demasiada. Se tienen pláticas, estuvo por aquí el director de Registro Agrario Nacional y ya se están teniendo pláticas para regularizar esa situación, porque no se da nada más en El Quinceo”.

Hoyas de agua no son peligro

Si bien la versión oficial difundida en 2018 fue que la “avenida de agua” se debió al colapso de una hoya de agua, o jagüey, ubicada en una parte alta del cerro, Suárez López justifica que este tipo de elementos no representan un riesgo, sino que el flujo pluvial provenía de una parte aún más elevada, además de que el factor de la deforestación influyó para que el caudal ganara una potencia capaz de causar importantes daños.

Foto: Cortesía.

“La hoya de agua a la que se culpabilizaba es un abrevadero, es un jagüey y es de poca capacidad de retención de agua, el problema fue que las lluvias fueron varios días, de manera que se juntó mucha y arrastró, pero no hay mayor responsabilidad en este caso. Tenemos conocimiento de otra hoya de agua, porque las barrancas llegan ahí, pero no son el problema, el problema es que en esos cauces no se había hecho nada por detener el agua”.

Fraccionamientos, como hace un año

Metros más abajo, los fraccionamientos y asentamientos de viviendas de cartón poco han cambiado en su infraestructura. Las condiciones que generaron el escurrimiento de toneladas de lodo, agua y escombros a una zona habitacional siguen latentes.

A exactamente un año del desastre, en la zona de desarrollos habitacionales la vida regresó a la normalidad. Las casas se volvieron a pintar, los automóviles destrozados fueron retirados y hasta el área verde en donde quedaron automóviles completamente destrozados ya cuenta con algunos pequeños árboles.

Foto: Samuel Herrera Jr.

No obstante, el riesgo sigue latente. Por un lado, los muros divisorios que construyó una de las fraccionadoras y que fueron señalados como factor de la acumulación del agua que finalmente derribó una de las estructuras y generó una avalancha, no han sido modificados de ninguna manera; la muralla de al menos 20 metros de largo que fue derribada por el agua y los escombros ahora fue remplaza por malla ciclónica de 3 metros de altura.

En cuanto a lo demás, la situación es exactamente la misma. Ambos fraccionamientos siguen sin cumplir con el código de desarrollo urbano de Morelia, donde se especifica que todas las valides de un desarrollo habitacional deben tener continuidad y que no puede haber cotos cerrados como tal. Pese al riesgo que implicó aquel desastre natural, los detalles estructurales de las construcciones no fueron atendidos en el último año.

Foto: Samuel Herrera Jr.

A sólo metros de distancia, tras los muros perimetrales de los fraccionamientos Vistas del Quinceo y Terrazas del Quinceo, se encuentran las viviendas de los más afectados por las lluvias del año 2018.Saben que, con la temporada de las lluvias, llega el riesgo de que el alud de lodo que se les metió a sus casas se vuelva a repetir; no obstante, en muchos casos no tienen a dónde más ir.

La Voz de Michoacán recorrió la zona a un año de la tragedia. En uno de los puntos más altos del Quinceo, en la hoya de agua que provocó el desastre, documentó que, si bien los niveles del recipiente artificial de agua no han crecido de manera peligrosa, los diques improvisados de costales de arena que colocaron para evitar que se siguiera derramando han desaparecido prácticamente, sin que hasta la fecha se dé a conocer alguna acción de Protección Civil para con estas obras que siguen poniendo en riesgo a la ciudadanía.

Foto: Samuel Herrera Jr.

No todo el desarrollo urbano que se gesta en el Quinceo es por efecto de los “paracaidistas”. Pese a los riesgos civiles, en los últimos 15 años se autorizaron fraccionamientos en la zona que, a decir de especialistas como Patricia Alarcón Chairés, de la UMSNH, no deberían haber sido autorizados.

Construimos el riesgo socialmente. El riesgo es muy alto porque están expuestas a las amenazas de agua y de deslizamientos porque saturan los suelos y puede provocar deslizamientos si no se actúa ahora son paliativos únicamente”, explicó la especialista, quien documentó y explicó en su momento el desastre en el Quinceo.

Antes de finalizar el 2018 trascendió que, derivado de la falta de permisos, denuncias y los daños causados a cientos de personas en la actual temporada de lluvias, la Procuraduría Ambiental de Michoacán (ProAm) había iniciado procedimiento legal en contra del fraccionamiento Terrazas del Quinceo. Se trata de la Manifestación de Impacto Ambiental, el Plan de Manejo de Residuos y la presentación y gestión de etapas del fraccionamiento las que no estaría cumpliendo la empresa constructora.

No obstante, hasta la fecha no se ha dado a conocer a la opinión pública alguna clausura o multa a la empresa constructora en concreto. A las pocas semanas del desastre en el Cerro del Quinceo, las constructoras que sí han cumplido con los reglamentos de construcción, los dictámenes de manifestación de impacto ambiental y los cambios de uso de suelo, demandaron a otros fraccionamientos sin permisos; aseguran que son afectadas por los daños generados por otras empresas que incluso construyen a diestra y siniestra muros y vialidades que obstruyen el paso de escurrimientos.

Foto: Samuel Herrera Jr.

La exigencia es que se haga una revisión documental de los requisitos, y en que en caso de que sea necesario se clausuren y se finquen las responsabilidades económicas a los responsables del desastre.

Problema sigue creciendo

Aun con el riesgo civil y en total impunidad, el mismo espacio sigue siendo blanco de incendios forestales constantes y es fraccionado; los terrenos, aún negros por las conflagraciones recientes, se ofertan todos los días a “bajos precios” en redes sociales y hasta en publicidad impresa en las calles de la ciudad.

El Cerro del Quinceo en Morelia ya presenta un 60 por ciento de poblamiento. Se trata de más de 7 mil familias que exponen sus vidas a riesgos civiles como los derrumbes, deslaves, escurrimientos de agua y a los sismos y, sobre todo, que han desmantelado una de las principales zonas forestales del municipio en total impunidad.