Redacción/La Voz de Michoacán Ciudad de México. El libro "El algoritmo del amor" de Judith Duportail menciona lo que ya se ha visto en el episodio de Black Mirror sobre aplicaciones: la tecnología y el sistema nos rebasa. Tinder, la aplicación más usada en el mundo para conocer personas está basada en un algoritmo, en el cual el último en decidir eres tú. ¿Y cómo consiguen esto? A través de Rekognition, una inteligencia artificial creada por Amazon para categorizar las fotos, y a través de un minucioso análisis de datos que permiten a Tinder estimar el coeficiente intelectual de sus usuarios, su nivel de escolaridad y su estado emocional general. "Las personas con el mismo nivel de atractivo son más susceptibles de entenderse", reconocen en su patente. "El servidor matching analiza factores como la media de palabras por frase, el número total de palabras de más de tres sílabas o el número de palabras usadas", continúan. Con todo esto, Judith Duportail aduce que "Tinder decide por mí a quién puedo conocer, tocar, amar. Un poder inmenso sobre mi persona, mi vida y mi cuerpo". Tinder se nutre de técnicas sacadas de los videojuegos y de la astucia de los casinos para mantenernos en vilo e inducirnos descargas de dopamina en el momento oportuno. Pese a todo, Duportail no pretende sermonear sobre su uso ni reniega de su utilidad. Al final, el de Tinder es solo un algoritmo más de los que día a día rigen nuestra vida. Desde qué marca de cereales compramos hasta a dónde nos vamos de vacaciones este verano. Tan inmersos estamos en un sistema capitalista, sujetos a la globalización, el multiculturalismo y la tecnología que no nos damos cuenta que estamos en él, ni si quiere lo aceptamos porque no vemos que estamos inmersos en un mundo que ya nos rebasó.