Rubén Albarrán ofrece conferencia en el Senado a los "hijos de la chingada"

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Foto: Twitter. Albarrán relató algunos casos sobre el desarrollo de la violencia contra las mujeres, el acoso, entre otros temas.

El Universal/La Voz de Michoacán

Ciudad de México. Este jueves en el Senado de la República, el músico Rubén Albarrán saludó de forma peculiar a los asistentes al foro "Los costos de la masculinidad toxica: retos y alternativas para la igualdad y el bienestar", donde el vocalista de Café Tacvba participó con un discurso de más de 10 minutos en el que habló sobre algunos de los orígenes del machismo en el país.

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"Respetuosos y empáticos saludos hijos de la Chingada", fue la forma de saludar del cantante durante el foro, lo que generó algunas críticas de los legisladores presentes ya que indicaron que no se trataba de "un circo".

Lo anterior enfrentó a los congresistas, ya que le respondieron que debió escuchar todo el discurso. En sus palabras, Albarrán relató algunos casos sobre el desarrollo de la violencia contra las mujeres, el acoso, entre otros temas.

"Como padres y madres de este momento, debemos hacer consientes que esta cultura patriarcal y machista de la que provenimos, no solamente nos ha costado dinero, nos ha costado la supervivencia como país, como cultura, como seres vivos", expresó. 

En redes sociales ha dividido opiniones sobre el uso y la connotación de la frase: "hijos de la chingada".

Octavio Paz y La Chingada

Octavio Paz necesitó de la chingada para remitir totalmente a un ser marcado por su historia. Acribillado por su pasado, el mexicano es incapaz de ser congruente con lo que hace y lo que siente. Según él, desde la conquista azteca en manos de los españoles, los mexicanos han intentado adoptar una identidad extranjera mientras encuentra una propia.

En México esta palabra se convierte en un amplio abanico de posibilidades, la cultura, el machismo, la historia, la religión; todo se compone en una palabra que según el poeta es un secreto a voces, un adhesivo cultural que está implantado en lo más profundo de nuestro ser, se encuentra en nuestro ADN y surge en los momentos de cólera, de explosión, de festejo. Porque eso es lo que Paz objeta, el mexicano busca en la muerte, en el alcohol, en el festejo y en todo lo que lo saque de su pasividad algo para encontrarse a si mismo. Es en esos momentos en los que la frase “Viva México hijos de la chingada” hace temblar las paredes de la habitación.