AP / La Voz de Michoacán Matamoros. El sacerdotes Juan Martín Guzmán, de 55 años originario del estado de Michoacán, fue asesinado la noche del jueves en la ciudad de Matamoros, fronteriza con Texas, tres semanas después de que un pastor evangélico fuera secuestrado en Nuevo Laredo sin que se haya vuelto a tener noticias de él. Ambas localidades están en el violento estado de Tamaulipas, al norte de México. La fiscalía del estado confirmó el viernes el homicidio en el Ejido Santa Adelaida de ese municipio. No ofreció más datos sobre el suceso, pero el Centro Católico Multimodal dijo que el religioso fue herido en varias ocasiones con arma blanca dentro de una iglesia. Vecinos escucharon gritos de auxilio al interior de la parroquia”, escribe este medio católico. “Al acercarse vieron al padre José Martín herido de gravedad por lo que fue trasladado de emergencia al hospital”. Poco después murió. Este es el primer sacerdote católico asesinado del año y, según el Centro Católico Multimodal, que lleva desde hace años un registro de las agresiones contra miembros de la Iglesia Católica, con él son 27 los religiosos muertos en situaciones violentas desde 2012. El obispo de Matamoros, Eugenio Lira, emitió un comunicado el viernes en el que asegura que ya están en marcha las investigaciones para esclarecer el crimen. También puedes leer: Iglesia alerta por violencia en las diócesis de Apatzingán, Zamora, Tacámbaro y Morelia El año pasado, Lira anunció un plan llamado “Iglesia Segura para Todos” para proteger a los católicos de la diócesis dado el clima de violencia que hay en la zona. La muerte del sacerdote se suma a la desaparición en Nuevo Laredo del pastor evangélico Aarón Méndez, cuyo secuestro fue reportado el pasado 3 de agosto y no ha habido noticias de él hasta la fecha. Méndez regentaba un albergue para migrantes en esta ciudad 340 kilómetros al noroeste de Matamoros. Tanto Matamoros como Nuevo Laredo son dos importantes puntos en el comercio con Estados Unidos y son lugares de recepción tanto de mexicanos deportados como, desde el pasado mes de julio, de solicitantes de asilo en Estados Unidos que han sido devueltos por la administración de Donald Trump para que esperen su cita ante el juez en México, a pesar de los peligros que eso puede conllevar. Iglesia reacciona Ante la ola de violencia contra sacerdotes, en algunos estados de la República se han tomado acciones, por ejemplo en Michoacán, donde a decir del arzobispo Carlos Garfias Merlos se programaron reuniones con los obispos de las zonas más inseguras, para que desde su trinchera se trabaje en la reconstrucción de la paz en Michoacán. También el secretario de Gobierno de Michoacán, Carlos Herrera Tello, y el arzobispo se reunieron para y acordaron trabajar de la mano en pro de la seguridad del estado. El eco de la violencia es tan grande que incluso el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, ha lamentado públicamente que México sea uno de los países en los que hay más violencia hacia los sacerdotes.