Redacción/ La Voz de Michoacán Michoacán. La esclavitud moderna tiene muchos rostros, uno de ellos es el trabajo jornalero. Son alrededor de 250 mil los que laboran en tierras michoacanas, de éstos una quinta parte son menores de edad, de acuerdo a cifras oficiales. En el marco del Día de la Abolición de la Esclavitud, una realidad que sigue teniendo el estado es la de la mano de obra barata en condiciones deplorables. Los jornaleros trabajan más de ocho horas por salarios muy bajos y sin prestaciones, "sus cadenas" son la necesidad de mantener una familia. Si bien en algunas zonas se ha buscado mejorar los albergues de los jornaleros agrícolas con los programas federales, en otras zonas siguen olvidados, o se "pasan por alto" que laboran niños. De acuerdo a información de Primer Informe Violación de Derechos de las y los Jornaleros Agrícolas en México”, publicado en 2019 y realizado por la Red Nacional de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas, son 260 mil los jornaleros que trabajan en Michoacán. Los trabajadores reciben salarios menores de 90 pesos al día, y el 42 por ciento de éstos tiene menos de 30 años de edad, pero en las filas hay también niños y adultos mayores. Los "jornaleritos" de Coahuayana El lodo es la alfombra áspera y pegajosa sobre la que caminan los pies descalzos y maltratados de los niños; la zanja de riego agrícola ubicada en la orilla del campamento es su alberca, sus regaderas y el lavadero para sus madres. Son cerca de 150 niños jornaleros en los campos de Coahuayana, en el estado de Michoacán, condenados a vivir entre la miseria, pues sus padres se oponen a recibir ayuda de los gobiernos estatal y municipal. A 10 kilómetros de la cabecera municipal de Coahuayana, cerca de 300 campesinos migrantes establecieron un campamento construido de madera vieja y láminas de cartón, de éstos 148 son niños que trabajan en los campos de este municipio y al menos 90 son indígenas del estado de Guerrero. Del resto de menores, 26 pertenecen a familias migrantes de Colima; siete de Chiapas; cinco de Tabasco; cuatro de Jalisco; una de Zacatecas y 15 de otros municipios de Michoacán. Te puede interesar: Se desborda canal junto a albergue de jornaleros de Michoacán Los jornales para niños y adultos inician a las 8:00 y terminan a las 17:00 horas. Según los propios migrantes, el municipio de Coahuayana es uno de los más seguros del país y donde mejor les pagan (200 pesos al día por campesino). Pese a que las mujeres de acuerdo con sus usos y costumbres— no deben emitir opiniones ni platicar con extraños sin la autorización del líder de la comunidad, Margarita accede a una breve charla. Ella es madre de dos hijos y espera un tercero. Su embarazo no le impide internarse en los surcos del campo, techado en su mayoría por altas temperaturas, al estar ubicado en la Sierra Costa michoacana, colindante con Colima. Mago apenas habla el castellano: su lengua natal es el mixteco; sin embargo, describe en frases cortas que el trabajo es muy duro, pero es lo único que saben hacer. Llegó muy chica a los cultivos y desde hace 10 años no va a su tierra: Tlapa, municipio ubicado en La Montaña del estado de Guerrero, a casi 897 kilómetros de Coahuayana. Señala que ni ella ni sus familiares piensan en cambiar de actividad laboral, porque es lo que han hecho por varias generaciones y en Coahuayana es donde mejor les pagan de los campos que han recorrido del país. Cuenta que para ganar 200 pesos debe cumplir con un horario de ocho horas. Tiene una para comer. Se lleva a la siembra o cosecha a sus dos hijos, para trabajar. La tímida mujer de estatura baja y tez morena pertenece a una de las colonias de migrantes que llegan a Coahuayana. En enero y en mayo se trasladan a Jalisco. Los Reyes, en la injusticia Las lluvias son el constante dolor de cabeza de los jornaleros de Los Reyes, ellos viven en condiciones de vulnerabilidad ante la temporada de tormentas. En la localidad de San Sebastián ya ha habido jornaleros, que trabajan en campos de frutillas y aguacate, damnificados por las lluvias. Resultando paradójico que el cultivo menos rentable, como lo es la caña de azúcar, sí tenga protegidos a los jornaleros que ocupa tanto en las labores cotidianas del cultivo (aguadores, mayordomos, aplicadores de fertilizante, entre otros) como de cosecha o corte la mayoría de estos procedentes de otros estados, quienes junto con sus familias, están protegidos del servicio médico, desde que parten de sus lugares de origen. El sector cañero es un ejemplo de esquema de protección social, donde gobierno y cañeros han conjugado esfuerzos para brindar la mínima protección social, pues en un esquema especial desde el momento en que salen de su lugar de origen pasan a ser derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), además de contar con una red de albergues, donde cuentan con todos los servicios a cargo de los cañeros y que año con año antes de iniciar la zafra les da mantenimiento. En contraste la gran mayoría de los trabajadores del campo de los cultivos del aguacate y las berries, solo reciben su salario, corriendo por su cuenta el servicio médico y en el caso de jornaleros migrantes su hospedaje. Te puede interesar: Mexico-canadienses realizan tradicional posada en apoyo a jornaleros Los jefes de familia revelaron a La Voz de Michoacán que les cobran 200 pesos semanales (800 pesos al mes) por chozas de 3 metros por 3 metros con muros de triplay láminas de metal, algunas cuantas con pisos de cemento, cocinando en fogones a no más de dos metros de las chozas con todo lo que implica el riesgo de incendio y “baños” colectivos, a unos cuantos metros de la ribera del río Itzícuaro o de “El Chivo”. Vulnerables, hasta en el traslado En muchos de los casos, los jornaleros michoacanos son trasladados por camiones de sus jefes, y en algunos casos las condiciones no son seguras. Hace un año un camión con decenas de jornaleros agrícolas se quedó sin frenos e impactó con gran fuerza contra un poste de teléfonos de México y un árbol, a la orilla de la carretera Jacona-Los Reyes, a la altura de la comunidad de Los Manguitos, perteneciente a esta comunidad de Santa Clara del municipio de Tocumbo. El saldo fue de varios trabajadores con golpes y contusiones, mientras que el conductor resultó lesionado de gravedad, al parecer tuvo estallamiento de vísceras. La unidad era el transporte en el que llevaban a todos los jornaleros, ésta se quedó sin frenos.