Arturo Molina/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. En el marco de la Semana Mundial del Agua, en Michoacán la condición de afectación al abastecimiento del vital líquido sigue comprometida a la recuperación de los bosques y zonas de recargas. A pesar de los indicadores, las políticas públicas no han logrado revertir las condiciones que estiman que en no más de 10 años Michoacán, y específicamente la ciudad de Morelia, sufrirían de un colapso en el abastecimiento regular del recurso. Desde hace ya varios años, investigadores, funcionarios y activistas han advertido las condiciones en las que se encuentra el suministro del agua en Morelia, reflejo de varios puntos de la entidad. En las últimas décadas, hasta el 30 por ciento de los bosques se han perdido con el cambio ilegal de uso de suelo y con ello la captación y recarga de los mantos acuíferos, de acuerdo con la Universidad Michoacana (UMSNH) y la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Territorial y Cambio Climático (Semaccdet). Enfrentamientos por el agua En el Bajo Balsas sobreviven una permanente de sequía, mientras que en Parácuaro y la Tierra Caliente del Valle de Tepalcatepec las comunidades enfrentan conflictos, varios de ellos armados, por la tenencia del agua. Información de la Semaccdet advierte que los conflictos del agua se han comenzado a expandir, entre ellos a Charo y el Valle de Queréndaro. El problema es ya inminente dada la insistencia de los taladores en continuar con las prácticas clandestinas, de sacrificar el bosque por cultivos, especialmente el aguacate. Morelia: contando el tiempo Las zonas urbanas no se quedan atrás en la problemática. El Organismo Operador de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento (OOAPAS) de Morelia ha advertido que más del 70 por ciento de los pozos profundos que abastecen a la zona urbana están abatidos, por lo que se ha tenido que perforar a mayor profundidad. No es sólo la reducción de volúmenes, sino la enorme contaminación de las presas y áreas como el manantial de La Mintzita, que brinda líquido a una tercera parte de los morelianos. En ambos vasos de agua, la polución, la degradación y reducción de los niveles de recarga han comprometido los niveles de agua que, en un futuro no muy lejano, afectará la capital. Especialistas han señalado que, de continuar la tendencia de degradación del ecosistema del Manantial de La Mintzita, en 5 años el cuerpo de agua que abastece el 33 por ciento del agua de Morelia estaría en riesgo de desaparecer, derivado de la deforestación, la expansión de fraccionamientos y la extracción desmedida. Asimismo, la presa de Cointzio, que abastece a otro importante 30 por ciento del agua de los morelianos, presenta también signos de azolve por la degradación de los bosques vecinos, así como la presencia de materia orgánica, señal de la descarga de aguas residuales y que ya ha puesto en alerta no únicamente a ambientalistas, sino a las autoridades de salud. De acuerdo con la pasada administración del OOAPAS, a Morelia no le quedaban más de 8 años de abasto regular del agua si no se tomaban medidas en cuanto a políticas públicas para asegurar su distribución, políticas que debían ir desde sanear las finanzas de un organismo en crisis y hasta esquemas de protección y saneamiento de los cuerpos de agua, a punto de morir ante la vorágine los productores agrícolas, las fraccionadoras y la misma polución. Otras de las principales causas de la falta de captación de agua es un comportamiento irregular lluvias. En voz de Ricardo Luna García, titular de la Semaccdet, los volúmenes de lluvia se han reducido junto con la capacidad de los suelos de absorber el agua, esto último también producido por la erosión, la contaminación y el cambio de uso de suelo para fines agrícolas. “Allá en los años 50 y hasta los 80 eran comportamiento normal de la lluvia, ahora es atípico porque vemos precipitaciones copiosas, pero deja de llover y hay un espacio muy amplio sin precipitaciones. La temperatura es muy elevada y no vemos las lluvias permanentes”, manifestó el funcionario estatal al explicar este fenómeno que, además, ha elevado en varios grados la temperatura en Morelia durante los últimos diez lustros. Una problemática anunciada También el doctor Arturo Chacón, académico del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales (Inirena) de la Universidad Michoacana, ha advertido las complicaciones en materia de recurso hídrico al que se enfrenta el estado. Asegura el especialista que, de no tomarse medidas urgentes, Morelia tendría que importar agua de otras regiones, tal como sucede en la capital del país, panorama que además de dificultar el abasto definitivamente lo encarecería. El investigador nicolaita ha investigado sobre las afectaciones que presentan los principales cuerpos acuíferos que abastecen a la capital michoacana. Asimismo, denunció la falta de capacidad de los diferentes órdenes de gobierno en lo que respecta el ordenamiento territorial y el deterioro de las zonas de recarga por el cambio de uso de suelo, vinculado a la agricultura y a la expansión demográfica. Hay una lista de ciudades que están para quedarse sin agua, está Ciudad del Cabo, de nuestro país están la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, Morelia, tienen muchos problemas de agua. Estamos muy cerca, a una década si no hacemos algo. El problema sería de qué cuenca; porque estamos ubicados en la cuenca hidrológica del Río Lerma”; explicó.