El Universal/La Voz de Michoacán Monterrey. A una semana de cumplirse un año, que Rodolfo Manuel Palomo Gámez, seguidor del equipo de futbol Tigres, fue lesionado gravemente por un grupo de barristas de los Rayados y terminó con secuelas permanentes, la Fiscalía General de Justicia del Estado informó que dos de los agresores fueron sentenciados a una pena de más de cuatro años de prisión y reparación del daño por 400 mil pesos que ya sufragaron, al ser considerados por un juez, culpables de homicidio calificado en modalidad de pandilla en grado de tentativa. A través de la Vicefiscalía del Ministerio Público, la Fiscalía General de Justicia del Estado, dio a conocer que como resultado de la Audiencia de Juicio Abreviado celebrada en la Sala Seis del Palacio de Justicia, fueron sentenciados Cristian Michel Vázquez Zarazúa, de 29 años y Adrián Rosendo Urbina López, de 25 años de edad. Vázquez Zarazúa fue condenado a una pena de cuatro años, nueve meses y 20 días de prisión, por los delitos de homicidio calificado en su modalidad de pandilla en grado de tentativa y contra la salud en su modalidad de narcomenudeo, en su variante de posesión simple de marihuana. Mientras Urbina López fue sentenciado a cuatro años y tres meses de prisión por el por el delito de homicidio calificado en su modalidad de pandilla en grado de tentativa. Asimismo, fueron condenados a pagar entre ambos 400 mil pesos como reparación del daño, cifra que fue sufragada en la audiencia. Informó la Fiscalía que la sentencia causó firmeza dada la conformidad de las partes con la misma y finalmente, se decretó el decomiso de los narcóticos asegurados al sentenciado Cristian Michel Vázquez Zarazúa. La agresión en pandilla contra el aficionado de Tigres por parte de barristas del Club de Futbol Monterrey, ocurrió el 23 de septiembre de 2018, como a las 17:30 horas, cuando seguidores de ambas escuadras se toparon por la avenida Aztlán, frente a las clínica 35 del IMSS, al poniente de Monterrey, al momento que los fanáticos rayados y felinos se dirigían al Estadio Universitario donde más tarde se enfrentarían las escuadras locales en el clásico 117 que terminó con empate a cero goles. A raíz de una añeja rivalidad entre ambas aficiones, ese día se desató la violencia. Quedó registrado en videos que tomaron testigos, el momento en que un seguidor del Monterrey a bordo de un automóvil intentó atropellar a los fanáticos de Tigres, y al pretender ponerse a salvo, Palomo Gámez cayó y fue agredido a puñetazos, patadas y pedradas, incluso cuando permanecía inmóvil sobre el pavimento. Palomo permaneció dos semanas en cuidados intensivos en el Hospital Universitario, debido a la gravedad de lesiones que sufrió, entre otras una herida por objeto punzocortante en intercostal derecho, fractura de temporal izquierdo y fractura de occipital derecho, siendo clasificadas las heridas como de las que ponen en peligro la vida y tardan más de 15 días en sanar, mismas que le dejaron secuelas permanentes por disminución de movilidad, al afectarle el hemisferio derecho del cerebro.