AP / La Voz de Michoacán Ciudad del Vaticano. El papa Francisco se reunió en privado con un jesuita estadounidense que fue atacado por católicos conservadores de Estados Unidos por acercarse a los homosexuales, la evidencia más reciente de la voluntad del pontífice de ignorar la crítica del ala derecha a favor de sus prioridades pastorales. El Vaticano puso en la lista de actividades del lunes del pontífice la audiencia con el reverendo James Martin. Como sólo algunas de las reuniones privadas de Francisco se anuncian, fue una clara señal de que el papa quería que se diera a conocer, el mensaje implícito fue un voto de confianza al ministerio de Martin. A Martin, autor de “Tender un puente”, un libro sobre cómo la Iglesia católica debería acercarse más a la comunidad LGBT, le han cancelado varias presentaciones en Estados Unidos debido a la presión de grupos conservadores que se oponen a su trabajo. Sin embargo, bajo el pontificado de Francisco, el Vaticano lo ha recibido de buena gana y lo designó como asesor de comunicación, dándole un espacio para hablar en la cumbre de la familia de 2018 patrocinada por la Santa Sede y ahora con la audiencia privada. En un tuit del lunes, Martin dijo que durante la audiencia de 30 minutos compartió con Francisco “los júbilos y esperanzas, y los dolores y ansiedades, de los católicos LGBT y la gente LGBT a nivel mundial”. En entrevista telefónica, Martin dijo que Francisco escuchó atentamente su presentación, que hizo en español, sobre la batalla de los católicos LGBT “y cómo muchos de ellos se sienten marginalizados” por la Iglesia. “Me sentí motivado, consolado e inspirado por nuestra reunión”, dijo. “Fue como hablar con el sacerdote parroquial más compasivo que puedas imaginar”. La doctrina oficial de la Iglesia pide que hombres y mujeres homosexuales sean respetados y amados, pero considera la actividad homosexual “intrínsecamente desordenada”. Sin embargo, Francisco ha intentado que la Iglesia acepte más a los gays, sobre todo cuando en 2013 dijo: “¿quién soy yo para juzgar?”. El jesuita argentino también habló de su propio ministerio hacia la comunidad homosexual y transgénero, e insistió que son hijos de Dios, amados por Dios y merecedores del acompañamiento de la Iglesia.