Tras más de un año, por fin la capital tiene comisario de Seguridad

El nuevo mando policiaco asume el puesto en medio de la espiral de violencia que azota a la capital.

Julio César Arreola Guillén es el nuevo encargado de la seguridad de la capital.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

Después de 13 meses de eludir esta responsabilidad, autoridades municipales finalmente nombraron a Julio César Arreola Guillén como nuevo comisario General de Morelia, a pesar de que ha fungido ocho meses como encargado de despacho en este cargo, en un periodo en el que se ha disparado la violencia en la ciudad, además de que ha sido objeto de recomendaciones por “detención ilegal y uso excesivo de la fuerza pública” por parte de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH).

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El nombramiento se dio la tarde de este miércoles en sesión ordinaria del Cabildo de Morelia, con 12 votos a favor y sólo uno en contra por Juan Pablo Cruz Mendoza. Mientras que el responsable de presentar la terna de candidatos fue el presidente municipal, Raúl Morón Orozco, la totalidad de los miembros del cuerpo colegiado emitieron su voto y eligieron a Arreola Guillén como nuevo comisario de la capital michoacana, después de que se mantuvo en el cargo de encargado de despacho desde marzo de este año.

"Me gustaría que en lo sucesivo no solamente tengamos la documentación curricular, sino que podamos escuchar de viva voz cuáles son sus propuestas para poder conocerlos aún más, creo que en seguridad hasta ahora es una estrategia fallida, hay muchos muertos en la ciudad de Morelia", expuso el regidor Carlos Reyes Reyes tras la votación.

Mientras que el regidor Gaspar Hernández Razo añadió que "fue una decisión magnífica no firmar ese mando único porque así llegan recursos directamente a Morelia. Creo que la estrategia y los planes de acción son los que debemos enfocarlos y a pesar de que no se firme el mando único, sí estar en completa coordinación por estos datos que son preocupantes para la ciudadanía".

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Esta decisión significaría que las autoridades municipales buscan continuar con su actual estrategia de seguridad. El nuevo comisario recibe esta encomienda a pesar de que durante este año se han roto en tres ocasiones las marcas históricas de homicidios en Morelia con un máximo de 43 casos en septiembre pasado. En mayo pasado también se rompió la marca histórica de violaciones, con 16 casos. Además, con cinco casos confirmados, el municipio ocupa el lugar nacional número 15 de ciudades con mayor número de feminicidios.

A las anteriores cifras criminales, también se suma un complicado panorama en el materia de coordinación entre el municipio y el estado, pues aunque el alcalde Morón Orozco ha afirmado que existe buena relación con el gobierno del estado, el gobernador Silvano Aureoles ha criticado su negativa de firmar el convenio de colaboración, señalado que parece no contar con un plan de seguridad e incluso ha considerado que el anterior gobierno municipal se desempeñó mejor en esta materia.

Encargado tiene historial negativo

También resulta importante señalar que, como encargado de la comisaria, Julio César Arreola Guillén deja de tras de sí un saldo negativo, pues fue durante su periodo que se dispararon los casos de homicidios, feminicidios, violaciones y se dio una escalada general de actos violentos en Morelia, desde el hallazgo de cuerpos desmembrados hasta enfrentamientos armados en la ciudad.

Otro punto negativo de su gestión ha sido el mando de policías, pues en este periodo han destacado diversas denuncias públicas por presuntos casos de detención arbitraria, uso excesivo de la fuerza e incluso extorsión. En una reciente manifestación en Palacio Municipal, en la que un adulto mayor presuntamente recibió un golpe en el rostro por parte de un agente de la Policía de Morelia, era Arreola Guillén quien encabezaba el operativo de resguardo al inmueble.

El mismo nombramiento de Arreola Guillén en marzo pasado resultó controversial, pues su nombre aparece en una recomendación emitida por la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) por un caso en el que presuntamente habría cometido “detención ilegal y uso excesivo de la fuerza pública” en 2014 en el municipio de Zamora, cuando fungía como policía ministerial.