El Universal/La Voz de Michoacán. México. El sexo no es lo único que disfrutamos de un encuentro sexual. Es todo el conjunto de momentos y cosas que hacemos las que convierten esa noche en un momento único para los dos, especialmente los detalles sensuales. Desde miradas hasta roces perfectos, es en su suavidad e intensidad donde radica la sensualidad. Muchas veces pasan desapercibidos, pero no se puede negar lo estimulantes que pueden llegar a ser. A continuación te señalamos seis de ellos: 1. El juego previo Unos buenos juegos previos pueden cambiar el rumbo de tu encuentro sexual. Son la combinación entre picardía, travesuras, sensualidad y diversión. Por más apurados que estén por hacerlo, no dejes pasar esta oportunidad de conocer mejor el cuerpo de tu pareja y de poner en práctica todos esos movimientos que sabes. 2. El instante antes del sexo en sí Después del juego previo, los dos están ansiosos por dar el siguiente paso. Se ponen en posición para empezar, pero algo los detiene. ¿Por qué desperdiciar esos segundos haciendo las cosas rápido en lugar de tomarse su tiempo? La lentitud convertirá ese momento en uno de los más sensuales e íntimos. 3. El beso en el lugar correcto Todas hemos experimentado ese beso perfecto, aquel que se da en el momento indicado y en el lugar adecuado. Ese simple beso puede ser el desencadenante del sexo más espectacular de tu vida. 4. La mirada intensa Ese momento en el que ambos se sostienen la mirada durante el sexo representa una conexión tan única como sensual. Es ahí cuando lo aprecias mucho mejor y cada una de sus facciones te parecen más lindas que nunca. A veces, esas miradas gritan “te amo” mucho más fuerte que tus labios. 5. La delicadeza del final El hecho de que el sexo haya terminado, no quiere decir que la sensualidad se esfume. ¿O acaso hay algo mejor que cuando él pasa sus dedos por tu espalda suavemente mientras tú descansas a su lado? Esos detalles simples son capaces de volver a aumentar la temperatura rápidamente. 6. Verlo vestirse Eventualmente tendrán que volver a la vida cotidiana así que les toca vestirse. Pero esta vez, sé tú la última en hacerlo y quédate en la cama viendo a tu chico subirse el pantalón y abrocharse la camisa. Puede ser una actividad más sensual de lo que te imaginas.