México, con las puertas abiertas desde el siglo XX

A lo largo del siglo XX y aún en el XXI, México se ha convertido en la segunda casa de mucha gente que ha pedido refugio

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Mich. La mañana de este martes llegó a México el expresidente de Bolivia, Evo Morales, luego de que el domingo renunció a su cargo tras una serie de protestas desatadas en medio de acusaciones de fraude en las últimas elecciones, que favorecían al líder indígena.

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Este lunes, el canciller, Marcelo Ebrard, reveló que Evo Morales pidió asilo político a México y que ese recurso le fue concedido. En México existe La Ley Sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político que contempla, en su segundo artículo, lo siguiente:

"Es una protección que el Estado mexicano otorga a un extranjero considerado perseguido por motivos o delitos de carácter político o por aquellos delitos del fuero común que tengan conexión con motivos políticos, cuya vida, libertad o seguridad se encuentre en peligro, el cual podrá ser solicitado por vía diplomática o territorial".

La Ley Sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político, artículo 2.

Sin embargo Evo Morales no ha sido el único expresidente acogido en México por razones humanitarias y políticas. Presentamos los casos más importantes.

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Manuel Zelaya, el último: En 2009, durante el gobierno de Felipe Calderón, México dio asilo a Manuel Zelaya, presidente de Honduras depuesto en un golpe de Estado. El entonces presidente de Honduras llegó a México hasta con honores de un jefe de Estado, pero sólo dos días después salió del país luego de dar declaraciones a favor de Andrés Manuel López Obrador, aunque Zelaya lo negó.

Manuel Zelaya fue recibido con honores.

Rigoberta Menchú, en 1988: Rigoberta Menchú ganó en 1992 el Premio Nobel de la Paz por su activismo político por los derechos de los indígenas en Guatemala. Sin embargo, años antes, en 1988, pidió asilo político en Chiapas, debido a que su familia fue torturada en su país natal.

Rigoberta Menchú continúa con el activismo.

La familia de Salvador Allende: En 1973, luego del golpe de Estado del 11 de septiembre encabezado por Augusto Pinochet en contra de Salvador Allende, en Chile, la familia de Allende llegó a México como asilados. Tras la muerte de Allende, su viuda, Hortensia Bussi y sus hijas, Isabel y Beatriz, se resguardaron en la Embajada de México en Chile, a cargo de Gonzalo Martínez Corbalá. Martínez Corbalá logró sacar de Chile a la familia de Allende y a cientos de chilenos más. Incluso intentó sacar al poeta chileno Pablo Neruda, quien murió poco antes de que se realizara el viaje.

El exilio español: Hace 82 años, el general Lázaro Cárdenas recibió a los llamados "niños de Morelia", 500 menores españoles que fueron enviados a México por sus padres, quienes eran republicanos y perdieron la Guerra Civil Española con Francisco Franco. Los republicanos pensaban reunirse con sus hijos en México, pero casi ninguno logró hacerlo.

Sin embargo los niños fueron enviados a un colegio en Morelia, en donde estudiaron y muchos se sobresalieron en la vida intelectual del país. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, México recibió a cerca de 25 mil refugiados españoles que huían de Franco. Este año, España y México celebraron el 80 aniversario del exilio español.

León Trotsky: Al igual que con el exilio español, el presidente Lázaro Cárdenas accedió a concederle asilo político en 1937 al revolucionario ruso León Trotsky, quien también llegó a México, donde finalmente fue asesinado poco más de dos años después.

Trotsky se relacionó con la élite cultural de México, incluso sufrió una balacera en su casa a manos de David Alfaro Siqueiros, quien posteriormente dijo que sólo quería amedrentar al ruso. Aunque no fue a manos de Siqueiros, Trotsky sí fue asesinado en 1940 en la Ciudad de México por órdenes de Iósif Stalin.

Víctor Haya de la Torre: Uno de los primeros asilados fue el pensador peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, quien llegó al país en la década de 1920, ya que era líder de la oposición peruana y fue desterrado por el entonces presidente Augusto Leguía.

Augusto Monterroso: Bonilla nació el 21 de diciembre de 1921 en Tegucigalpa. Hijo de la hondureña Amelia Bonilla y del guatemalteco Vicente Monterroso, pasó su infancia y juventud en Guatemala; después, en septiembre de 1944, llegó como exiliado político a Ciudad de México, donde se estableció y donde desarrolló prácticamente toda su excepcional vida literaria. 

En el exilio moviliza a la opinión pública en contra del dictador y tras la caída de éste, funda con otros escritores el diario El Espectador. Finalmente es detenido ese mismo año por orden del general Federico Ponce Vaides, por lo que pide asilo en la embajada de México. Durante su prolongada estancia en este país mantiene una intensa actividad en torno a la Universidad Nacional Autónoma de México, donde entabla amistad con los escritores e intelectuales de este país.