Este año, el gobierno de la República entregó de forma directa a los agricultores el fertilizante que solía darse a través de intermediarios, pero también les repartieron semilla de maíz, sólo que con tres meses de retraso, ya casi llegado el tiempo en que debían estar cosechando. Por si el retraso hubiera sido insuficiente, las semillas tenían plagas y además, las variedades manejadas no eran las aptas para las zonas en que se entregaron. “El bulto de maíz no lo sembramos y se está echando a perder por lo mismo que no trae tratamiento de semilla, no viene tratada”, dijo José Guadalupe García, agricultor. En el mes de agosto, el gobierno federal, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), entregó a productores de Guerrero un total de 275 mil bultos de semillas de maíz, las cuales no estaban certificadas y que presentaban plagas. La semilla fue adquirida, sin licitación de por medio, a la asociación civil Semilleros Mexicanos Unidos, a un costo de 370 millones de pesos. El agricultor José Guadalupe García y tres de sus familiares son productores de maíz de la comunidad de Santa Teresa, en el municipio de Iguala. Ellos están dados de alta en el Programa Nacional de Fertilizantes, a cuyos beneficiarios les entregaron adicionalmente una bolsa con 50 mil semillas híbridas de maíz. Cabe señalar que el bulto de semilla carece de la etiqueta que emite el Sistema Nacional de Certificación de Semillas (SNICS) que acredita la calidad del producto y que hace constar que la semilla pasó por los procesos de certificación. El producto fue envasado por la semillera Fitogen, empresa propiedad de Juan Carlos García García, quien preside la asociación Semilleros Mexicano Unidos, que aglutina a 30 empresas del ramo. La empresa de Juan Carlos García suministró a la Sader 34 mil bolsas de semilla a un precio de mil 250 pesos cada una, cuando el saco de semilla tiene un precio al público de 500 pesos, es decir que el gobierno federal pagó 750 pesos más caro el producto, que además resultó defectuoso. Para sembrar la semilla que le dio la Sader, José Guadalupe invirtió 17 mil pesos, porque el fertilizante que entregó el gobierno le alcanzó para una sola aplicación, lo cual resultaba insuficiente. “Antes de cosechar el maíz se está cayendo ya la milpa con la mazorca; estamos viendo puras pérdidas”, destacó José Guadalupe García, productor de maíz en Guerrero. Algo parecido pasó en el caso de Lucino Ocampo, en el municipio de Tepecuacuilco, al norte de Guerrero, quien en una sola hectárea tuvo que invertir 20 mil pesos. “La semilla esta que nos están dando, proporcionando, no es la adecuada para este clima. Aquí nosotros ya tenemos semillas aclimatadas, que sí nos rinden de 8 y hasta 10 toneladas por hectárea”, expuso Lucino Ocampo, productor de maíz en Guerrero. Las semillas que le dieron a Lucino son para sembrarse en clima frío, en zonas de hasta 2 mil metros de altura y donde constantemente llueve; en su milpa, las mazorcas apenas germinaron porque su comunidad se encuentra a 860 metros sobre el nivel del mar y la temperatura alcanza los 34 grados centígrados. Estima que apenas cosechará tonelada y media de maíz. Hubo productores y campesinos que rechazaron esta ayuda. Miles de bultos almacenados se están echando a perder en las bodegas de Segalmex en Guerrero, el monto de los más de 46 mil bultos de semilla que quedaron almacenados ascendería a 60 millones de pesos. “Eso lo hubieran aprovechado mejor en entregarle mejores fertilizantes y de mejor calidad”, comentó Marco Antonio Reyes, dirigente de la UNTA en Guerrero. Sobre la situación que enfrentan los productores de maíz en Guerrero, el encargado del programa de la Secretaría de Agricultura respondió. “Si hubo errores hay que reconocerlos y corregirlos. Si hubo dolo y se demuestra se debe castigar. Si hubo abuso también se debe castigar”, dijo Jorge Gage, del Programa Nacional de Fertilizantes de la Secretaría de Agricultura.