Redacción/ La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Es por la transición política, los tiempos electorales pasados, la debilidad en la política de seguridad federal y la falta de contundencia por parte del Estado Mexicano que se intensificó la lucha de cárteles en el país. Así lo considera The Conversation, fuente independiente y sin fines de lucro de noticias, análisis y comentarios de expertos académicos de Estados Unidos; el reporte que este día retoma la agencia de noticias AP es de Angélica Durán-Martínez, de la Universidad de Massachusetts Lowell. Se destaca a Michoacán como uno de los escenarios más críticos de esta realidad violenta que vive México. Lo que coincide con lo señalado por el propio gobierno federal, que lo mantiene como uno de los tres estados con más elementos de la Guardia Nacional. The Conversation expone que los recientes ataques mortales de organizaciones criminales han infundido miedo en todo México, y hace el recuento de algunos de los más recientes sucesos. A mediados de octubre, tiroteos entre carteles y policías en los estados de Guerrero y Michoacán mataron a más de 30 personas. Y un asalto criminal de 12 horas en Culiacán, Sinaloa, después de que las fuerzas de seguridad mexicanas capturaron al hijo del narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, dejó 13 muertos, incluidos al menos tres civiles. El 4 de noviembre, la masacre de nueve mujeres y niños mormones mexicoamericanos en el norte de México conmocionó a ambos lados de la frontera. Los ataques, algunos cuidadosamente planificados y ejecutados, han hecho que el gobierno mexicano parezca débil ante el crimen organizado. A principios de noviembre, el hashtag #MexicoNoTienePresidente - México no tiene presidente - estaba en tendencia en Twitter. Ciclos violentos de México La seguridad fue el foco de la campaña ganadora de Andrés Manuel López Obrador para la presidencia el año pasado. Propuso estrategias novedosas para "pacificar" a México, incluida la amnistía a los narcotraficantes de bajo nivel que abandonan el negocio, y la legalización de la marihuana para convertir un mercado criminal lucrativo en uno regulado y comercial. Foto: Especial. Tras la captura que generó enfrentamientos en Cuiliacán del hijo del “Chapo” Ovidio, éste fue liberado. En el estudio se destaca que López Obrador prometió castigar a la policía y los soldados por violaciones de derechos humanos cometidas cuando luchan contra los carteles. "Pero a los 18 meses de su mandato de seis años, la única política de seguridad concreta de López Obrador fue la creación en junio de 2019 de una nueva y controvertida fuerza policial de estilo militar, la Guardia Nacional. Hasta ahora, sin embargo, a los 70,000 miembros de la Guardia Nacional de México se les ha encomendado la tarea de detener la migración centroamericana". No obstante, se considera que la iniciativa de la Guardia Nacional parecía prometedora. Se considera que una de las aristas positivas del actual gobierno es la comisión independiente de expertos forenses y fiscales establecida para investigar la desaparición no resuelta de 43 estudiantes en 2014 en Ayotzinapa, estado de Guerrero, ha tenido reveses. En septiembre, 24 policías implicados en las desapariciones de los estudiantes fueron liberados de la cárcel por pruebas insuficientes, lo que obligó al gobierno de López Obrador a presentar un recurso judicial. Sin embargo, con 25,890 asesinatos reportados hasta septiembre, 2019 parece ser otro año increíblemente violento para México. No hay nueva guerra, pero sí más intensa La investigación sobre la violencia criminal crónica en México revela que los aumentos repentinos en la violencia generalmente indican un mayor conflicto entre los carteles criminales, como los enfrentamientos actuales entre el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa. También se encontró que los ataques llamativos y coordinados, como los vistos recientemente, generalmente ocurren durante las transiciones políticas o debido a la intensa competencia electoral, momentos en que el gobierno no puede coordinar efectivamente la aplicación de la ley o mantener arreglos criminales corruptos. Algunos en México argumentan que las recientes ofensivas del cártel exigen una respuesta militar extrema. El presidente Donald Trump incluso ha ofrecido una intervención estadounidense. Foto: AP. El presidente Donald Trump ofreció ayudar a México y hacer la "guerra al narco". Pero el presidente López Obrador insiste en que no reiniciará la guerra total del gobierno mexicano contra los carteles. El envío de soldados para combatir el crimen, como lo han hecho los gobiernos consecutivos desde 2006, aumentó la violencia en México al crear más competencia entre los grupos del crimen organizado y, por lo tanto, más represalias. Miles de civiles también han muerto en el fuego cruzado entre carteles y soldados. La aversión del presidente a la seguridad militarizada no le impidió crear la Guardia Nacional Mexicana. Pero se exhibió en Culiacán el mes pasado cuando los soldados mexicanos fueron derrotados por miembros del cartel. En lugar de luchar para mantener al hijo de El Chapo bajo custodia, lo liberaron. "La captura de un criminal no vale más que la vida de las personas", dijo López Obrador. El incidente fue ampliamente visto como una vergüenza para el gobierno mexicano. El índice de aprobación de López Obrador, aunque aún es alto, ha disminuido desde la reciente violencia. Resistencia indígena El reporte publicado por AP, cita también a los investigadores Sandra Ley, Guillermo Trejo y Shannan Mattiace, quienes han estudiado cómo algunas comunidades indígenas en el peligroso estado sureño de Guerrero han logrado evitar la infiltración criminal de la policía y el poder judicial local. "Descubrieron que una estrategia era identificar y avergonzar rápidamente a los oficiales y jueces que conspiran con los cárteles. Tener instituciones confiables, a su vez, ha permitido a estas comunidades resistir las presiones de los carteles desde dentro y reaccionar poderosamente cuando los carteles atacan". No obstante, esta estrategia no es fácilmente replicable, debido a que se basa en la larga y única tradición de movilización social de las comunidades indígenas mexicanas. La regionalización de la violencia Pero eso, señala el reporte: también es una lección ya que toda violencia es local. Los muchos mercados ilegales que alimentan el negocio criminal en México, desde el robo de drogas y petróleo hasta la extorsión y la distribución de aguacate, pueden ser nacionales e internacionales, pero la dinámica delictiva específica de los carteles no lo es. La forma en que los grupos criminales establecen el control territorial, ganan poder y llevan a cabo ataques varía de un lugar a otro. También lo hacen las relaciones políticas de los delincuentes y las formas en que las diferentes comunidades responden a la violencia. Los ejemplos de Juárez y Guerrero sugieren que México podría tener que enfrentar el crimen no solo a nivel federal, con su nueva Guardia Nacional, sino también ciudad por ciudad. Eso puede significar financiamiento federal y capacitación de fuerzas policiales locales de élite confiables y locales, aprendiendo de pueblos indígenas en Guerrero. Podría significar financiar programas sociales como el de Juárez, para llegar a las causas profundas de la violencia. Ciertamente requerirá asociarse con aliados políticos y civiles locales que entiendan cómo las pandillas criminales ejercen su poder. Las estrategias de seguridad específicas de la ciudad no mostrarán resultados inmediatos. Pero pueden ayudar a restaurar la legitimidad y el control del gobierno mexicano en un país asediado por los carteles.