AP / La Voz de MichoacánCarolina del Norte. Numerosas ciudades y pueblos históricos de la costa atlántica de Estados Unidos sobrevivieron a guerras, huracanes, enfermedades y otras calamidades, pero ahora que crecen los mares enfrentan una crisis más existencial. Con un presupuesto total de 225 millones de dólares, por ejemplo, Charleston (Carolina del Sur) no puede darse el lujo de invertir miles de millones de dólares sin ayuda del gobierno nacional. Confía en que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército la ayude proteger la península donde se encuentra el centro de la ciudad con muros de contención, evocando las barreras construidas cuando la ciudad fue fundada hace 350 años. Evitar las inundaciones de calles y edificios es más difícil todavía en las comunidades pequeñas como Swansboro (Carolina del Norte), de 3.200 habitantes y con un presupuesto de 4 millones de dólares. Las comunidades costeras más vulnerables se encuentran pocos metros por encima del nivel del mar y ya se están mojando cuando suben las mareas. Los científicos estiman que el agua subirá otros 61 centímetros (2 pies), hasta 122 centímetros (4 pies) en los próximos 50 años. Líderes municipales dicen que necesitan miles de millones de dólares de los gobiernos nacional y estatales para proteger viviendas y negocios en las comunidades de las zonas bajas. Y por más de que hasta los políticos que niegan el cambio climático estén empezando a admitir lo que se viene, hay quienes temen que los que asignan el dinero no consideren urgente hacer frente a lo que puede ser una catástrofe comparable a un tornado o un terremoto. Fundada en 1783, Swansboro fue el corazón de la industria de los barcos de vapor. En 1862 soldados de la Unión quemaron un fuerte confederado que custodiaba la Ensenada de Bouge que da al océano Atlántico. En el centro de la ciudad casi todos los edificios tienen grabada la fecha en que fueron construidas. La mayoría son mucho más viejas que los turistas de pelo blanco que recorren la zona y no podrán resistir por mucho más tiempo embates como el de huracán Florence del año pasado, con lluvias que dejaron caer 76 centímetros (30 pulgadas) de agua. La municipalidad encargó un informe sobre el futuro de la ciudad. Dijo que el agua podría llegar hasta una o dos cuadras de la zona costera y planteó “considerar servicios de contención o abandonar estratégicamente la infraestructura de sectores que pueden resultar peligrosos”. Dirigentes locales están conscientes de los encantos de Swansboro, pero su futuro depende de otros. Dependemos de que vengan fondos de afuera”, dijo el nuevo administrador de la ciudad Chris Seaberg. “Estamos tratando de preservar la historia, pero para eso hay que encontrar la forma de acomodar estos temas que no figuraban hace 100 o 200 años”. Carolina del Norte aprobó en el 2012 una ley que impedía al estado elaborar políticas basadas en pronósticos sobre la crecida del mar. Pero el control de los republicanos se está desvaneciendo y muchos líderes locales dicen ahora que los huracanes Matthew (2016), Florence (2018) y Dorian (2019), combinados con un cambio de actitud hacia el cambio climático, parecen estar cambiando la perspectiva de las cosas. Carolina del Norte creó este año una Oficina de Recuperación y Resiliencia encargada de planificar la respuesta a inundaciones y otros eventos climáticos extremos.