AP / La Voz de Michoacán Washington, Estados Unidos. Los demócratas en la Cámara de Representantes llegaron a un acuerdo preliminar con líderes sindicales y con la Casa Blanca sobre la nueva versión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que ha sido una de las prioridades del gobierno de Donald Trump. "Estoy escuchando cosas muy buenas, incluso de los sindicatos y otros de que se ve bien. Espero que lo pongan a votación y, si lo ponen a votación, será aprobado", dijo Trump el lunes. "Escucho que se han dado muchos avances en las últimas 24 horas, con sindicatos y otros". El acuerdo tentativo fue revelado por un asesor demócrata que habló bajo condición de anonimato por no estar autorizado a hablar de las conversaciones, ya que el acuerdo no es oficial. Aún falta finiquitar los detalles, y el representante comercial estadounidense deberá presentar ante el Congreso los proyectos de ley para su implementación. Por ahora no se ha fijado la fecha de la votación. El nuevo y muy buscado tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (conocido como T-MEC o USMCA por sus siglas en inglés) le daría tanto a Trump como a su principal opositora, la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, un triunfo legislativo pese a la crisis política en Washington por el proceso para una posible destitución de Trump. El anuncio podría darse el lunes mismo, aunque Pelosi tiene que oficialmente aprobar el acuerdo, según asistentes. El nuevo pacto comercial reemplazaría al TLCAN, el cual eliminó casi todos los aranceles y otras barreras comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá. Los críticos entre ellos Trump, los sindicatos y muchos legisladores demócratas llevaban años denunciando que el TLCAN estaba eliminando empleos en Estados Unidos porque las compañías mudaban sus fábricas al sur, donde le pagaban menos a los obreros, y enviaban los productos a Estados Unidos sin aranceles. Tras semanas de negociaciones seguidas muy de cerca por importantes aliados sindicales de los demócratas, como AFL-CIO se llegó a un acercamiento. Trump ha criticado a Pelosi de ser incapaz de aprobar el acuerdo porque está demasiado envuelta en su juicio político. Los demócratas en distritos electoralmente competitivos han estado presionando para que sea aprobado el nuevo acuerdo, en parte para demostrar un logro de la mayoría demócrata en la cámara baja. Si se ratifica el acuerdo, el Congreso podría quitarle algo de incertidumbre al futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y sus dos principales socios comerciales del año pasado: Canadá (el segundo) y México (el tercero), y posiblemente estimularía a la economía estadounidense. Los agricultores estadounidenses, particularmente, están ansiosos de asegurarse de que sus exportaciones a Canadá y México sigan sin obstáculos. El representante comercial estadounidense Robert Lighthizer negoció el año pasado el nuevo acuerdo con Canadá y México. Pero el T-MEC requería un voto del Congreso y la aportación de demócratas como Pelosi y el presidente de la Comisión de Recursos y Arbitrios, Richard Neal, quienes se han sumido en largas e intensas negociaciones sobre cláusulas de su implementación y otros detalles técnicos. Los líderes y legisladores republicanos han presionado durante meses para que se apruebe el acuerdo, pero Pelosi ha trabajado arduamente para incluir a los sindicatos. Los demócratas consideran el pacto mucho mejor que el TLCAN, y el aval del presidente de AFL-CIO, Richard Trumka, podría ser clave para que obtenga un importante apoyo demócrata. El pacto contiene cláusulas diseñadas para regresar la manufactura a Estados Unidos. Por ejemplo, requiere que entre 40% y 45% de los vehículos eventualmente sean fabricados en países que pagan a sus empleados por lo menos 16 dólares la hora; en otras palabras, en Estados Unidos y Canadá, pero no en México. El pacto comercial fue muy sonado después de que México aprobara en abril una reforma laboral requerida por el T-MEC. El objetivo de la reforma es facilitar a los empleados mexicanos la formación de sindicatos independientes, y la negociación de mejor paga y condiciones laborales, reduciendo la diferencia con Estados Unidos. México ratificó el T-MEC en junio y, meses después, destinó más fondos para ofrecer los recursos necesarios para ejecutar el acuerdo.