Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Luego de que trascendiera la falta de tratamiento de aguas residuales en Michoacán y los altos niveles de contaminación en el estado, el gobierno del estado emplazó a empresarios en general y en específico a los aguacateros a que se hagan responsables de los costos de operación de plantas de tratamiento en los municipios del estado. Fue durante la puesta en marcha de programas de educación ambiental que el gobernador Silvano Aureoles ironizó sobre los gastos que realizan los empresarios en publicidad, lujos, viajes, departamentos obtenidos “con el dinero generado a partir del campo michoacano”, por lo que exhortó a que retribuyan al estado un poco de lo que se llevan. Por lo anterior, anunció el mandatario la creación de un Fondo para Tratamiento de Aguas. En este contexto señaló que en este 2019, y lo que resta del año será “voluntario”, en tanto que para el próximo 2020 buscarán la forma de hacer obligatorio el pago de este impuesto por el impacto ambiental que se genera a partir de los monocultivos y la extracción de recursos. En este contexto persisten los cuestionamientos sobre las formas en las que se lleva a cabo el tratamiento de las aguas del estado. Si bien hay municipios como Morelia en donde se trata gran parte de las aguas residuales, las mismas, al salir de la planta tratadora de Atapaneo, se vuelven a mezclar con aguas contaminadas que finalmente llegan a Cuitzeo. Este mismo año se puso sobre la mesa la propuesta para sanear el 100 por ciento de los ríos y lagos del estado de Michoacán en un lapso de 15 años. Lo anterior, en consideración a las condiciones en las que se encuentra la mayor parte de los cuerpos de agua. “Está funcionando plantas al 30 por ciento, y de qué nos sirve si ese 30 por ciento llega a la presa del bosque y se vuelven a juntar… es como si nada. Les hago el planteamiento a los aguacateros, a los mineros, que construyamos el fondo para sanear aguas porque este estado en 125 años debe de tener saneados lagos, ríos y vasos de agua en general. Que formen el fondo y se lo reconoceremos y será algo distinto, que ya no compren edificios, departamentos lujosos en Estados Unidos y en Europa que mejor paguen el funcionamiento para limpiar el agua”, matizó en su mensaje. En prácticamente toda la entidad michoacana la falta de recursos para operatividad ha convertido a las plantas de tratamiento en auténticos “elefantes blancos” que, lejos de ayudar a la conservación de ambas cuencas, permite que en ellos desemboquen millones de litros de aguas contaminadas provenientes de viviendas, industria y la agricultura. En tanto se cuenta con la infraestructura necesaria para sanear la llegada de aguas residuales, las especies endémicas de la región como el pescado blanco y la salud de miles de personas de comunidades rurales e indígenas aledañas, siguen siendo afectadas por los altos niveles de la gran mayoría de los municipios, incumplen con sus obligaciones de tratar las aguas. Diariamente, millones de litros de agua son vertidos en cuerpos de agua superficiales como ríos, lagos y presas, en detrimento de la salud de millones de personas, el equilibrio ambiental e, incluso, en el tema económico. Reto, frenar contaminación Paradójicamente, mientras el campo deja ganancias a los aguacateros por el orden de los 32 mil millones de pesos, son prácticamente menos del 0.1 por ciento los recursos que regresan para atender problemas ecológicos generados por el cambio ilegal de uso de suelo, así como para atender los problemas de contaminación derivados de la misma actividad. La situación se ha vuelto generalizada a nivel estado y ha llevado a que el 70 por ciento de los cuerpos de agua presenten grados importantes de contaminación. Únicamente el 39 por ciento de las aguas residuales es saneado, debido a que sólo 40 demarcaciones de los 113 municipios de la entidad cuentan con plantas tratadoras propias, así como sistemas de separación de aguas que permitan la reutilización del vital líquido. Diariamente se producen 8 mil 163 litros por segundo de aguas negras en el estado, de los que apenas se logran tratar cerca de 3 mil. En cuanto al uso de agua pública o para el consumo humano, se calcula que la población michoacana, de más de 4.2 millones de habitantes, genera un gasto de 10 mil 700 metros cúbicos por segundo, de la cual se únicamente se trata un promedio del 60 por ciento, para el resto se ha proyectado la necesidad de construir al menos 23 plantas tratadoras de alta capacidad de distintas zonas geográficas del estado.