Estados Unidos. El cantante 6ix9ine logró reducir su pena al colaborar con la justicia de Estados Unidos para lograr la captura de otros pandilleros. Debido a que ya ha cumplido 13 meses, será puesto en libertad a fines de 2020. Daniel Hernández, mejor conocido como 6ix9ine daba dinero a los Nine Trey Bloods de Nueva York a cambio de ser miembro de la banda perteneciente a los Bloods y así poder vender una imagen de pandillero. Acabó siendo secuestrado y golpeado por un miembro de la misma pandilla y tuvo que pagar un rescate para que lo liberaran tras entregar una cantidad excéntrica de joyas. Después renunció al grupo, fue detenido y se declaró culpable, decidiendo colaborar con el gobierno y declarar en contra de sus compañeros, con la intención de reducir su sentencia mínima de 47 años en ese momento. Tekashi 6ix9ine comenzó como un rapero estadounidense grabando Gummo en septiembre de 2017 haciéndose pasar con los clásicos pañuelos rojos como un pandillero de los Blood, una de las pandillas callejeras más peligrosas de Estados Unidos, sin embargo, era una mentira. Y después de haberse declarado culpable admitió que solo lo hacía para ganarse la imagen callejera y real, propia del mundo del hip-hop. Después de haber generado dinero logró entrar oficialmente en la pandilla, pero le duró pocos meses el gusto y ahora es testigo del gobierno contra sus antiguos compañeros para reducir la pena a prisión a la que se enfrentaría, ganándose el odio de su pandilla y de otros grandes raperos del medio estadounidense. Declaró ante el tribunal a finales de septiembre durante tres días seguidos. Entre lo que comentó fue que le había pedido al amigo de su manager, quien era un Blood, que hiciera un video con sus compañeros, para lograr venderse como pandillero, sin embargo, al intentar hacerlo de nuevo siguió en contacto con los pandilleros y grabó un nuevo video, para celebrar su ingreso a la pandilla. Confesó ante el fiscal que su responsabilidad era generar ingresos para la pandilla mientras recibía protección y credibilidad callejera. De manera que utilizó el respaldo de la pandilla para robar y humillar a enemigos musicales, confesando dos intentos de asalto a productores musicales y a otro rapero para intimidar a la competencia y haber ofrecido a un miembro del grupo 20.000 dólares por disparar al rapero de Chicago Chief Keef. Su cooperación podría hacerlo elegible para un programa de protección de testigos, aunque sus tatuajes faciales distintivos, incluyendo el gran "69" en su frente, podrían hacer que ocultar su identidad sea un reto.