Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Sin claridad y con una evidente omisión se han manejado los recursos hídricos, tanto en Michoacán como a nivel local. La falta de aplicación de las leyes nacionales del manejo de las aguas ha permitido que ríos y lagos se conviertan en drenajes al cielo abierto, denunciaron durante el foro “Michoacán, rumbo a la construcción de una nueva Ley General de Agua”. En entrevista, Carlos Herrera Tello, secretario de Gobierno de Michoacán, precisó a que urge se trabaje para preservar los cuerpos de agua, si bien se han buscado posibilidades para la captación y aprovechamiento de lluvia, inversión en plantas de tratamiento y otras situaciones, la condición del uso del agua refleja una gran cantidad de líquido contaminado. Según especialistas, al menos el 80 por ciento de los cuerpos de agua se encuentran severamente contaminados; si bien en la mayoría son casos de contaminación orgánica reversible, se lamenta que ciudades como Morelia use los dos ríos que atraviesan a la ciudad como drenajes a cielo abierto sin considerar el impacto ecológico. El Gobierno del Estado, el gobierno federal y los gobiernos municipales invierten mucho cada año en infraestructura, estrategia y en prácticas para tratar de captar el vital líquido, evitar que se desperdicie o que se ensucie, sin embargo, no es suficiente, hoy tenemos más ríos y lagos contaminados”, refirió el funcionario. En su opinión son situaciones medibles, por lo que “la legislación está completamente fuera de la realidad y necesitamos reformarla y adecuarla a la actualidad de los mexicanos, por eso reconozco el esfuerzo para reunirnos a todos y debatir”. Ante la omisión de los municipios michoacanos en materia de tratamiento de aguas residuales y disposición de residuos provenientes de las viviendas de millones de personas, autoridades estatales exhortaron a legisladores federales a trabajar en una nueva la Ley de Aguas Nacionales y a endurecer los castigos a los alcaldes, pues para los municipios sigue siendo más barato el pagar las multas por no tratar sus aguas negras y disposición de aguas residuales que instalar plantas de tratamiento, lo que ha llevado a que apenas 4 de cada 10 municipios cuenten con una planta adecuada para el tratamiento de sus residuos. Las multas, son de poco más de un millón de pesos al año, lo cual, en comparación con las decenas de millones de pesos que cuesta mantener operativa una planta de tratamiento y su mantenimiento, ha sido una autentica ganga. A decir de German Tena, titular de la Comisión Estatal de Agua y Gestión de Cuencas (CEAC) la situación debería ser al revés, por lo que “las multas, deberían de aumentar desde la Federación para evitar la omisión de alcaldes”. A este respecto, coincidió en que en la actualidad muchos de estos cuerpos de agua se han convertido en drenajes de cielo abierto, en vertederos de tóxicos de las compañías que dejan sus químicos sin ninguna responsabilidad o corresponsabilidad social.