Marchan para engañar a can herido en una protesta; lo querían llevar al veterinario

El perro llamado Vaquita, que se ha transformado en icono de las manifestaciones, sufrió una lesión, pero como no quería ayuda tuvieron que marchar

Redacción / La Voz de Michoacán

Antofagasta, Chile. En el poblado chileno de Antofagasta vive un perrito llamado Vaquita, quien se ha transformado en el icono de las manifestaciones de la zona, pues cada que hay una protesta él está en primera fila.

PUBLICIDAD

Pero no siempre salen bien las cosas. Durante una de las últimas a las que se presentó sufrió una lesión debido a que recibió el impacto de una munición. A pesar de que los vecinos querían ayudarlo, él no se dejaba agarrar por nadie.

Ante la situación, algunas personas tuvieron la idea de crear una falsa marcha en la que el punto final sería la veterinaria donde lo atenderían. Fue el pasado 2 de enero a las 19 horas que salieron a las calles, donde Vaquita se les unió.

PUBLICIDAD

Afortunadamente todo fue un éxito, ya que Vaquita terminó por ceder y entró con el veterinario para que lo curaran. La operación salió bien y estará máximo 20 días en recuperación.

EL Negro Matapacos

Pero no es el único perro que se ha vuelto símbolo de las protestas, pues ya desde 2011 y hasta su muerte en 2017, los manifestantes tenían al Negro Matapacos como guardián y compañero.

El perro, sin raza pero con dueña, murió en 2017 y ya había saltado a la fama en otra ola de protestas que sacudió el poder en 2011, cuando los estudiantes universitarios reclamaban calidad y gratuidad de los costosos estudios en Chile.

En aquellas manifestaciones, el Negro Matapacos ladraba enfurecido cada vez que veía a un policía, llamados peyorativamente “pacos” en Chile. Asumía una postura en apariencia protectora de los estudiantes, manteniéndose a su lado incluso cuando quedaba envuelto en una nube de bombas lacrimógenas o empapado tras el paso del camión lanza agua.

Aunque "el Matapacos original no era un perro callejero, se empoderó del movimiento de la calle al acompañar a los estudiantes a la primera línea de batalla", rememora Marcel Solá, escultor que ha erigido una efigie del can cerca de Plaza de la Dignidad, como bautizó el movimiento de manifestantes a Plaza Italia, el histórico centro de celebraciones populares en Santiago.

Negro azabache, pelaje corto y duro, mirada triste rojiza pero intensa, piernas y cola largas. Una estampa que se repite en murales de todo tipo, rodeado de querubines rollizos o musas celestiales en las calles de Santiago, con lemas a favor del aborto, de educación gratis, mejores pensiones y un sistema de salud equitativo.

Desde 2009 hasta su muerte en 2017 el Negro Matapacos estuvo al cuidado de la señora María Campos, cerca de la Universidad de Santiago (Usach). Desde ahí siguió a los universitarios que pusieron contra las cuerdas al primer gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) en otra ola de protestas estudiantiles.